Religión y política siempre han estado relacionados. En los últimos años, en Chile bajó la presencia del catolicismo, mientras que se potenció la imagen de líderes evangélicos y de representantes conservadores ligados a este sector religioso.
Históricamente, la religión y la iglesia han jugado un rol preponderante en la política mundial, donde Chile no ha sido la excepción.
En el plano internacional, el apoyo del pueblo evangélico fue fundamental para que Jair Bolsonaro llegara a la presidencia de Brasil. En el país, el ex candidato presidencial, José Antonio Kast, ha mostrado cercanía con la Iglesia Evangélica, pese a declararse católico practicante y pertenecer al Movimiento Apostólico de Schönstatt.
De hecho, Kast obtuvo 7,94% de la votación en la última elección presidencial, pero en Bío Bío tuvo alta adhesión en comunas como Lota (20,25%), Coronel (19,26%), Arauco (16,29%), Curanilahue (16,22%) y Lebu (16.19%), las cuales también destacan por una gran cantidad de miembros de la Iglesia Evangélica Pentecostal.
“El mundo evangélico adquiere relevancia en este tipo de acciones, antes la Iglesia Católica tenía un rol más protagónico, pero con los problemas internos difícilmente va a incorporarse a la política. No deja de ser menor contar con el apoyo del pueblo evangélico, sobre todo cuando son tan activos en política, en una sociedad con un porcentaje de votación bajo. Hoy, acercarse con los evangélicos es oportuno, su relación es más con la derecha porque su mirada es bastante conservadora. Tienen una llegada importante en sectores populares donde la derecha no llega, entonces, son un buen aliado para estos sectores”, sostiene el analista político de la Universidad Andrés Bello (Unab), Felipe Vergara.
Lesley Briceño, docente de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), indicó que “hay una ausencia de la Iglesia Católica en su relación con la crisis social en general, salvo personajes puntuales. Llama la atención que desde la Iglesia Evangélica quieran tomar un rol mucho más activo, y ahí se verá el verdadero poder político de la iglesia para transformar eso en votos al rechazo al cual llamaron algunos líderes. Habrá que ver el accionar de las otras denominaciones de la iglesia evangélica en términos políticos, ya que a diferencia de la iglesia católica, funcionan de forma autónoma”.
El llamado de líderes evangélicos a rechazar una nueva Constitución ocurrió seis días atrás y contó con el apoyo de la diputada Francesca Muñoz (RN), quien señaló que “estoy apoyando la declaración pública de la iglesia evangélica, porque resguardaremos el derecho del que está por nacer, derecho preferente de los padres a educar a sus hijos y las libertades de creencia, conciencia y expresión, entre otros de la actual Constitución, puesto que pueden quedar excluidos en la redacción de una nueva Constitución desde una hoja en blanco”.
Por otro lado, la Iglesia Metodista de Chile, a través de un comunicado, pidió perdón por no haber develado las injusticias que llevaron al estallido social. Además, se cuadraron con las demandas sociales, condenaron el actuar de la élite política del país, así como la violencia de agentes de Estado. Finalmente, hicieron un llamado a la paz y al respeto mutuo en el país. Pese a no expresarse respecto al plebiscito, los ideales del comunicado no coinciden con lo que expresan los partidos que se han relacionado con la rama pentecostal.
Con distintas visiones, con una iglesia católica silente y una iglesia evangélica dividida, pero en busca de un mayor protagonismo, la religión nuevamente es parte importante de la política chilena.