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El secretario del Ayuntamiento de Burgos considera que retirar la simbología religiosa es competencia del alcalde, no del Pleno

Un informe del secretario general recoge que la normativa no especifica a qué órgano municipal le corresponde la competencia
La Ley de Bases de Régimen Local establece, para esos casos, atribuir la competencia al alcalde a través de la “cláusula residual”
Manero asegura que, en caso de plantear una retirada, debe examinarse caso por caso y valorar los símbolos más allá de su condición religiosa
PP y Ciudadanos tumban una propuesta similar en la Diputación Provincial

Solicitud, recomendación, sugerencia y… poco más. El acuerdo plenario adoptado en julio sobre retirada de los símbolos religiosos en los edificios de titularidad municipal se quedaría en una simple petición, a la luz del informe jurídico emitido por el secretario general. Y es que Luis Alfonso Manero reconoce que la normativa vigente no especifica qué órgano municipal es competente para tomar decisiones sobre mantenimiento o retirada de símbolos religiosos en espacios públicos, así que esa competencia quedaría atribuía al alcalde.

De acuerdo con la Ley de Bases del Régimen Local, si una competencia no quede atribuida a ningún órgano específico (en este caso, Pleno o Junta de Gobierno Local), quedaría en manos del alcalde. Existe esa “cláusula residual”, a modo de cajón de sastre, que recoge todas las competencias no atribuidas específicamente. Además, el secretario considera que la decisión sobre símbolos religiosas podría encajar en las labores derivadas de la capacidad de dirección de la administración municipal que le corresponden al alcalde.

En definitiva, el Pleno del Ayuntamiento no es competente para acordar la retirada de los símbolos religiosos y, por tanto, la proposición aprobada en julio no es de ejecución automática, convirtiéndose en una solicitud o petición. Manero recuerda en su escrito el informe emitido en mayo, en el que ya avisaba de que los acuerdos de Pleno solo son ejecutables en tanto en cuanto el órgano municipal tenga competencia sobre ellos. Y, además, insiste en que la capacidad decisoria del Pleno está sujete a las atribuciones que le corresponden por ley.

Examinar caso por caso

Sin embargo, una modificación del Reglamento de Régimen Interior podría dar atribuciones al Pleno para tomar decisiones sobre permanencia o retirada de símbolos religiosos, apunta el secretario en su informe. De todos modos, Luis Alfonso Manero realiza otras consideraciones a tener en cuenta. La primera, que el mantenimiento de los símbolos religiosos es tan compatible con la aconfesionalidad del estado como su retirada, ya que conservarlos no constituye una afección al derecho de libertad religiosa, como se deriva de jurisprudencia varia.

A la hora de valorar la simbología religiosa hay que tener en cuenta, además de su origen, su simbología presente, y cuestiones vinculadas a conceptos artísticos o patrimoniales. Así las cosas, el secretario rechaza una “retirada sistemática” de los símbolos, planteando un análisis caso por caso en la Comisión de Régimen Interior. Igualmente, Luis Alfonso Manero diferencia entre los símbolos que se encuentran en los espacios municipales de uso público de los presentes en los espacios  municipales de servicio público.

A modo de ejemplo, un espacio municipal de uso público sería el Arco de Santa María y, según el acuerdo de Pleno, de aquí también tendrían que retirarse esos elementos. Sin embargo, los símbolos religiosos del Arco de Santa María constituyen un bien patrimonial y, por tanto, cualquier intervención requeriría la autorización de Patrimonio de la Junta. Y por lo que respecta a espacios de servicio público, como la Casa Consistorial (Cristo de Burgos) se debería concretar cuáles son los símbolos a concretar y valorar si su simbología trasciende a lo religioso.

En Diputación

Algo más claras están las cosas en Diputación, no tanto porque le afecte una normativa diferente, sino porque en el caso de la Institución Provincial, el debate sobre los símbolos religiosos ha sido zanjado a las primeras de cambio. Y es que, ayer, el Pleno provincial tumbaba con los votos en contra de PP y Ciudadanos una propuesta presentada por Imagina Burgos a imagen y semejanza de la aprobada semanas atrás en el Ayuntamiento de la capital.

En este caso, y a pesar de la insistencia de Imagina Burgos y del PSOE de considerar que la Diputación está rompiendo el principio de aconfesionalidad del Estado participando en actos religiosos y manteniendo símbolos como el Cristo que preside el Salón de Plenos, el Equipo de Gobierno del PP consiguió mantener su postura, basada en el mantenimiento de dichos símbolos como una expresión de las tradiciones.

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