Según documentos oficiales filtrados del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA), el Estado salvadoreño paga salarios fijos mensuales de hasta más de 3 mil dólares a 15 sacerdotes que están nombrados como capellanes militares, los cuales están distribuidos en la institución armada.
De acuerdo con un documento extendido por la Oficina de Información y Respuesta del Ministerio de la Defensa Nacional, hasta septiembre de 2017, la institución castrense tenía en su planilla a 15 religiosos con grados honoríficos, los cuales devengan un sueldo fijo y que además, están contratados por la Ley de Salarios.
Los sacerdotes que cuentan con grados asimilados, tienen asignados salarios iguales a los militares de carrera que ostentan el mismo grado militar.
Entre la lista de religiosos que recibe un salario mensual por parte del Estado, está monseñor Fabio Colindres, a quien el documento cataloga como obispo castrense, con un grado de General del Servicio Religioso Asimilado, y que ostenta de una salario de $3,154.60 mensuales.
Asimismo, en total, y hasta septiembre de 2017, los capellanes militares reciben en conjunto un salario mensual de $25,368.50, mientras que al año, la Fuerza Armada desembolsa la cantidad de $304,422.
Entre los sacerdotes que también reciben un salario alto está Óscar Gilberto Alvarado, que según una publicación de un periódico digital, fue señalado por una víctima como supuesto abusador sexual. El sacerdote, según la denunciante, la abusó cuando ella era menor de edad en San Vicente.
Pensión para Fabio Colindres
Según los mismos documentos filtrados, el 23 de julio pasado, el IPSFA resolvió otorgar una pensión mensual de $3,154.60 y entregar como fondo de retiro, en un solo desembolso, la suma de $94,638 a Fabio Reynaldo Colindres Abarca, luego de que éste lo solicitara, según la resolución GC-28489-2019 firmada por el gerente general René Antonio Díaz Argueta.
De acuerdo a la Fuerza Armada, Colindres ha servido a la institución durante 30 años y un mes, mientras que el 30 de junio pasado, se le dio de baja como capellán militar, en donde cumplía las funciones de dar misa, guiar espiritualmente a los militares, escuchar sus confesiones, aconsejarlos, entre otras actividades parecidas propias de la Iglesia Católica.
El obispo castrense fue mediador durante la tregua y testigo de los dos juicios por ese proceso entre pandillas.
El pasado fin de semana, durante los festejos al Divino Salvador del Mundo, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, abogó porque el Gobierno resuelva las bajas pensiones que recibe la población jubilada, sin dar una postura ante las pensiones de los religiosos de la institución castrense.