Los cristianos “son parte del tejido mismo del mundo árabe”, y Jordania continuará comprometido con la protección de las propiedades eclesiásticas. Así lo reiteró enérgicamente el rey Abdallah II de Jordania, que recibió el martes 10 de abril en Ammán, a Mar Ignatius Aphrem II, patriarca de Antioquía de los sirio-ortodoxos, informa la Agencia Fides.
En su reunión con el Primado de la Iglesia Ortodoxa Siria, el Rey Abdallah subrayó que la monarquía Hachemita también continuará desempeñando su papel histórico en la protección y el cuidado de los Lugares Santos Islámicos y Cristianos en Jerusalén.
Distintos a Siria o Irak
El Reino de Jordania nunca ha impuesto su fisonomía como estado musulmán. En la nación, gobernada por una dinastía que legitima, su poder sobre la base de su linaje directamente procedente de Mahoma, las teorías secularizadoras y progresistas del nacionalismo panárabe nunca se han arraigado que sí lo hicieron en países vecinos como Siria, Egipto o Irak.
La relación entre religión musulmana y otras instituciones tanto civiles como religiosas es un hecho. El gran muftí y los imanes de las mezquitas son nombrados por el poder civil que supervisa sus actividades. Se consulta a altos dignatarios islámicos para juzgar la conformidad de las decisiones gubernamentales con los preceptos coránicos.
Los cristianos de Jordania nunca han planteado objeciones ante la legitimidad islámica del orden institucional, sino que se han beneficiado de la aplicación “moderada” de las reglas coránicas por parte de los gobernantes. El Islam es la religión del estado, pero la Constitución de 1952 consagra la igualdad de todos los jordanos ante la ley sin discriminación basada en la “raza o la religión”. “La libre expresión de todas las formas de culto y religión, de acuerdo con las costumbres observadas en Jordania”, y también la libertad de enseñanza están garantizadas. Por su parte, el rey Abdallah recuerda periódicamente su papel de protector de los lugares santos musulmanes y cristianos en Jerusalén.