También elimina las medidas más polémicas que sí incluía en su programa de 2016 y reduce sus propuestas por la laicidad a una Ley de Libertad de Conciencia y a la lucha contra la intolerancia religiosa. Pedro Sánchez no ha hablado de este tema ni en precampaña ni en campaña, cuando fue un asunto recurrente durante las elecciones generales de 2016
En el programa del PSOE de las elecciones generales de 2016 la apuesta por laicidad era un asunto muy destacado y ocupaba un capítulo entero, tres páginas del proyecto político que presentaba el PSOE , incluyendo numerosas medidas para convertir a España en un Estado laico, que era el objetivo que proponían los socialistas.
Sin embargo, en el programa para estas elecciones del 28-A, que hicieron este lunes público los socialistas, de las casi 300 páginas que ocupa, este asunto se despacha en seis párrafos (dos de una sola línea), y desaparece del proyecto político de Pedro Sánchez una de las banderas que los socialistas llevaban defendiendo desde 2011: denunciar los acuerdos de España con la Santa Sede.
En esta ocasión, el programa con el que se presenta Sánchez a las elecciones incluye un mero apartado que, bajo el título Una sociedad laica y tolerante, donde se limita a constatar que en España han aparecido algunas actitudes contra la intolerancia religiosa y propone medidas para su aprobación y erradicación a través de los Observatorios contra la islamofobia y el antisemitismo un Observatorio. Como únicas propuestas, plantea promover cementerios públicos no confesionales y una Ley sobre la Libertad de Conciencia.
Estos dos últimos puntos sí se mantienen en el actual programa electoral, pero de mismo han desaparecido por completo las propuestas de cómo avanzar en la autofinanciación de las confesiones religiosas, la de establecer una fiscalidad general para aquellos bienes de confesiones religiosas que no estén afectos a uso de culto o social o la de proceder a la transformación de los lugares de culto en los centros públicos en lugares de oración multiconfesionales, entre otros temas.
También ya no se plantea la propuesta de actualizar en la Constitución el principio de laicidad según la interpretación del Tribunal Constitucional, y suprimir la referencia a la Iglesia Católica. En este aspecto se proponía “contemplar en este precepto el sometimiento de los representantes de los poderes públicos al principio de neutralidad religiosa en sus actuaciones, que deberá regir también en la organización de actos institucionales”.
En la campaña de 2016, la apuesta del PSOE por la laicidad era un tema recurrente en los mítines de Pedro Sánchez, y decenas de veces se comprometió a denunciar los acuerdos preconstitucionales con la Santa Sede. En en la precampaña ni en la campaña ha hecho una sola mención a este asunto.
Hay que recordar que sin llevar un mes en el Gobierno, uno de los primeros encuentros que celebró Sánchez como presidente fue con el máximo responsable de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, quien no dudó en calificar como “muy positivo” que le hubieran convocado tan rápido a La Moncloa, sólo 18 días después de la toma de posesión del presidente socialista.
También destacó Blázquez que en aquel encuentro se puso de manifiestos en el clima de “normalidad y diálogo” sobre los Acuerdos Iglesia-Estado. La Moncloa se apresuró también a reconocer “la labor social de la Iglesia”.