Un sector del partido pide que se baje el porcentaje del IRPF de asignación voluntaria a la institución Dirigentes socialistas instan a Zapatero a reducir el número de ministerios para restañar su imagen
El PSOE está que arde: el tijeretazo en el gasto social supone para el aparato socialista una operación a corazón abierto, pero sin anestesia. Por eso, buena parte de sus dirigentes, diputados y senadores reclaman con urgencia un calmante en forma de nuevas medidas que conlleven, entre otras cosas, apretar también el cinturón a la Iglesia católica y suprimir ministerios, como exige reiteradamente la oposición en las Cortes.
Y es que el giro político copernicano protagonizado por José Luis Rodríguez Zapatero para satisfacer las exigencias de la Unión Europea en torno a la reducción del déficit público ha convertido al partido, y a los grupos parlamentarios, en un laboratorio de ideas donde todo es discutido y discutible. Al margen del tan manido debate sobre la ya anunciada subida de impuestos «para los que más tienen», un considerable número de gerifaltes y cargos del PSOE ansían que Zapatero, de forma inmediata, recorte la asignación destinada a la Iglesia y que, como reclama la oposición, elimine ministerios.
Según las fuentes socialistas consultadas, esas son dos posibles vías, «que no las únicas», para intentar recuperar el pulso del discurso de lo social, santo y seña hasta hace apenas unos días de la era Zapatero. «El mensaje a los prebostes del mundo y a los mercados lo lanzó el presidente desde el Congreso hace algo más de una semana. Pero ahora toca hablar para los de casa, especialmente para los de la nuestra», apuntan desde un PSOE necesitado de gestos y partidario de extender el terror de los recortes, incluso a las arcas eclesiásticas.
BLANCO LANZA UN CEBO / El martes, el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, sugirió en Telemadrid que, puestos a adelgazar monederos, se haga lo propio con la Iglesia, especialmente cuando el PP demanda que se rebajen las subvenciones a partidos, sindicatos y organizaciones empresariales. «Lo que recibe la Iglesia es bastante más de lo que reciben los partidos y los sindicatos, pero parece que eso es intocable. Si se trata de recortar, el señor Rajoy podría ser más justo. Podría extender su idea de la justicia a la Iglesia: la recaudación voluntaria, ¿a gasto social o a la Iglesia? Pues podemos suprimir la casilla de la Iglesia […]. No lo estoy proponiendo, pero lo digo», espetó Blanco, que tiene fama de no dar puntada sin hilo. Ese día, el Grupo Socialista en el Congreso había abordado el asunto en una reunión a puerta cerrada, después de que el líder del PSOE en Madrid, Tomás Gómez, reclamara a la Iglesia que renunciase, «voluntariamente», a los 253 millones que recibe del Estado.
Pero el tijeretazo a la institución católica que más adeptos parece tener es la reducción del porcentaje del IRPF de asignación voluntaria a la Iglesia, que actualmente se sitúa en el 0,7%. En cualquier caso, para Zapatero no es nada fácil aceptar este tipo de sugerencias justo en vísperas de su viaje al Vaticano, como presidente semestral de la Unión Europea, el próximo 10 de junio.
Otra de las cuestiones que tienen entre ceja y ceja muchos socialistas es unir una subida para los más ricos con un recorte de ministerios, un tema que, hasta hace unas semanas, era tabú en el PSOE. A diferencia de ERC, que calcula en 2.700 millones lo que se ahorraría sin Cultura, Vivienda, Ciencia e Innovación y Educación, los socialistas admiten que su efecto antidéficit sería escaso. «Pero como están las cosas con el ajuste, sería una medida ejemplarizante del sacrificio que también hace el Ejecutivo», señala un dirigente del partido. La impopularidad del decreto más «doloroso» de la democracia, sostienen las mismas fuentes, hace necesario buscar contrapesos. Aunque sean populistas.