José Blanco asegura que si hay más ataques se planteará «un nuevo modelo»
Ni un paso más contra la jerarquía católica, pero tampoco retroceder. "Si hay una nueva intromisión en la política de una manera partidista habrá respuesta". Es la decisión de la dirección del PSOE después de que los obispos desaconsejaran el voto a este partido por haber "negociado" con ETA. Como remate de lo ocurrido, el secretario de Organización, José Blanco, advirtió que quizá es el momento de que los obispos "avancen hacia la autofinanciación, aunque es difícil, porque cada vez tienen menos seguidores".
Blanco no quiso ir más allá pese a que este periódico le pidió que explicara si se refería al sistema de financiación, al pago de los capellanes o a la enseñanza concertada, entre las muchas partidas que la Iglesia católica recibe de las Administraciones Públicas. "Nada será igual después de las elecciones", insistió Blanco sin señalar el objetivo preciso de la advertencia. Tan sólo que "en la próxima legislatura habrá que hablar y avanzar hacia un nuevo modelo".
El Gobierno y los obispos renovaron en 2006 -con vigencia desde este año en el IRPF- el modelo de financiación vigente desde 1979 y retocado en 1987.
El acuerdo, muy beneficioso para los prelados -lo habían rechazado los Gobiernos anteriores, tanto los centristas de Adolfo Suárez, como los del PSOE con Felipe González y los de José María Aznar-, canceló el compromiso de autofinanciación que la Iglesia católica asumió en 1979 y supuso un incremento del 34% de las aportaciones que los fieles católicos desvían hacia su Iglesia a través del IRPF, es decir, sin añadir nada de su bolsillo.
A cambio, los prelados renunciaban a la exención del IVA -una exigencia reiterada por la Comisión Europea- y también a la dotación presupuestaria si lo adjudicado por sus fieles no alcanzaba las cifras previstas en el acuerdo reformado. En 2008, la Conferencia Episcopal recibirá por ese concepto algo más de 153 millones de euros.
El acuerdo entre el Gobierno y los obispos, además, tiene carácter de "estable", una polémica decisión subrayada entonces mediante un canje de cartas entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Secretaría de Estado del Vaticano. El aumento de la asignación del Estado español a la Iglesia romana, hasta entonces el 0,5239% del IRPF de cada declarante que así lo marcara, pasó con ese pacto al 0,7%, es decir, un 34% más.
Pero no son esos los únicos desembolsos económicos del Estado a la Iglesia católica. En total, diferentes Administraciones Públicas aportan en torno a 5.000 millones de euros para financiar colegios católicos concertados, capellanías, la enseñanza de la religión en la escuela pública o el sostenimiento del ingente patrimonio inmobiliario de la iglesia romana.
Este buen trato económico, excepcional en Europa, es el que ha provocado en el PSOE un sentimiento de injusticia, pese a lo cual el partido ha decidido parar la escalada de enfrentamiento con la Iglesia -se ha descartado incluir en el programa electoral alguna referencia a cambios-. La dirección socialista cree que ha hecho gestos "de palabra y, sobre todo, de obra, que no merecían esta réplica de la cúpula eclesiástica".