Ha asegurado que su objetivo era mostrar “la verdad” sobre Mahoma.
El productor estadounidense de la película 'Inocencia de los musulmanes', que desató una ola de protestas en el mundo islámico por ofender al profeta Mahoma, Nakoula Basseley Nakoula, ha afirmado este lunes que no se arrepiente de su participación en la misma y ha asegurado que su objetivo era mostrar "la verdad" sobre Mahoma.
"Pensé, antes de escribir el guión, que debía inmolarme en una plaza pública para permitir al pueblo estadounidense y a la población mundial conocer este mensaje en el que creo", ha apuntado Nakoula en respuesta a las preguntas formuladas por el diario estadounidense 'The New York Times'.
En la actualidad, Nakoula se encuentra en prisión, donde se enfrenta a una pena de un año de cárcel por violar la condena por fraude dictada en su contra en 2010. Nakoula, un ciudadano copto nacido en Egipto de 55 años de edad, fue condenado en 2010 a 21 meses de prisión por usar decenas de alias para abrir unas 60 cuentas bancarias con las que construyó una red de fraude mediante el uso de cheques.
El diario estadounidense 'Los Angeles Times' ha revelado que fue precisamente durante su estancia en prisión cuando Nakoula, un copto cristiano, comenzó a leer el Corán con la única finalidad de criticar el Islam.
Las autoridades estadounidenses sospechan que Nakoula es el productor de 'Inocencia de los musulmanes, que se difundió en Internet coincidiendo con el undécimo aniversario de los ataques del 11-S y que desató la ira del mundo musulmán. Hubo protestas en más de un centenar de países, aunque las más graves se vivieron en Libia, donde murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Christopher Stevens; en Egipto, con el asalto a la misión diplomática del país norteamericano y en Yemen, con decenas de muertos.
En sus declaraciones al 'NYT', Nakoula ha citado la masacre de Fort Hood –en la que Nidal Malik Hasan, un psiquiatra del Ejército estadounidense, abrió fuego contra los presentes en la base, matando a trece personas e hiriendo a otras 30– como un ejemplo de "la violencia ejecutada en nombre de Alá" y uno de los motivos por los que se decidió a grabar la cinta.
Al parecer, su indignación contra el mundo musulmán aumentó tras el anuncio de la posible construcción de un centro islámico y una mezquita cerca de la Zona Cero de Nueva York.
Sin embargo, el diario estadounidense ha asegurado que, tras entrevistar a varias personas cercanas a Nakoula y a la película 'Inocencia de los musulmanes', el productor de la cinta era "un hombre desesperado económicamente con afición por la ficción y que estaba intentando dar significado a su vida".
LA PELÍCULA
En base a las informaciones recopiladas por el diario, Nakoula dijo hace pocos años a algunos de los actores que iban a participar en 'Soldados del Desierto', una película épica, que el rodaje se suspendía porque tenía que ser tratado de cáncer, una etapa en la que resultó estar en la cárcel por fraude bancario.
Nakoula ha asegurado que únicamente escribió el guión y trabajó como "asesor cultural" y ha apuntado que su plan era engañar a los actores para hacerles creer que estaban grabando una película sobre un villano tribal llamado George, nombre que fue cambiado por Mahoma cada vez que algún actor pronunciaba el nombre en la película.
En respuesta a las preguntas del 'NYT', facilitadas por su abogado, Steve Seiden, Nakoula ha manifestado que "no se planteó otra forma de trabajar con los actores". Además, su hijo, Abanob Nakoula, ha recalcado que "los actores fueron engañados, ya que se preveía que la película fuera a causar ira". "Se decidió hacerlo para asegurar su seguridad, y por ello no hay títulos de crédito en la película", ha añadido.
Entre los cercanos de Nakoula están el director de Medios por Cristo, Joseph Nasralá Abdelmasih, quien acudió a las manifestaciones contra la construcción de una mezquita cerca de la Zona Cero. Otros contactos en el mundo del activismo antimusulmán fueron importantes, entre ellos los activistas coptos Morris Sadek y Elaia Basily, así como el pastor Terry Jones, cuya iniciativa de juzgar y quemar un Corán desató una oleada de violencia en el mundo musulmán.
Asimismo, pese a que afirmó que el presupuesto de la película ascendía hasta los cinco millones de dólares (alrededor de 3,8 millones de euros), cantidad que fue presuntamente facilitada por donantes judíos, ha trascendido que la cifra era realmente de 80.000 dólares (cerca de 62.000 euros) obtenidos a través de la familia egipcia de su segunda exmujer y activistas coptos.
LA IDENTIDAD DE NAKOULA
Durante la grabación, Nakoula dijo a los actores que su nombre era Sam Bassil, nombre que escribía de varias formas diferentes. La fiscalía estadounidense le acusó en 2010 bajo el nombre de Nakoula Basseley Nakoula, pero recientemente ha admitido que cambió su nombre en 2002 a Mark Basseley Yusef. Sin embargo, no mencionó que en 2009 cambió su nombre de nuevo a Ibrahim Fawzi Yusef.
Nakoula nació y vivió en Egipto antes de trasladarse a Estados Unidos, donde se casó en 1986 con Ingrid N. Rodríguez, de la que se divorció cuatro años más tarde. Poco después, se casó con una mujer egipcia, Olivia Ibrahim, con la que tuvo tres hijos. A pesar de que se divorciaron, la familia siguió viviendo unida hasta que se escondió tras la aparición de la película.
Nakoula se declaró en bancarrota en el 2000, y ya por aquel entonces había sido detenido por vender un ingrediente utilizado para la fabricación de metanfina, motivo por el que fue condenado a un año de cárcel, aunque en su lugar realizó trabajos comunitarios.
Tras ser condenado y encarcelado por fraude, empezó a trabajar en la película. "Él decía que fue una bendición ir a la cárcel, ya que tuvo tiempo para trabajar en el guión", ha dicho su hijo Abanob. Posteriormente, retomó los trabajos bajo el nombre de Sam Baccil, tras lo que uno de los colaboradores subió a Internet detalles sobre la película, pensando que realmente acababa de retornar de tratarse contra el cáncer.
Es en ese momento cuando Nakoula contacta con el director, Robert Alan Brownell, a quien llega a través de una persona que le alquiló cinco oficinas y que tenía aspiraciones cinematográficas. Fue este arrendador quien puso en contacto a Nakoula con Roberts, quien no ha podido ser localizado por 'NYT' para dar su versión de los hechos.
La película contó entonces con el respaldo de parte de la comunidad copta en Estados Unidos. Sadek escribió un correo electrónico en el que aseguró que Abdelmasih le informó de que Nakoula "había grabado una película sobre la persecución de los coptos en Egipto", tras lo que empezó a publicitar la cinta en YouTube.
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