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La Comisión Pontificia para la Protección de Menores divulgó su primer informe el martes en el Vaticano. Credit...Tiziana Fabi/Agence France-Presse — Getty Images

El primer informe del Vaticano sobre abusos sexuales desata críticas inmediatas

El documento pretende evaluar los esfuerzos de la Iglesia católica para salvaguardar a los menores y a otras personas. Los defensores de los sobrevivientes lo calificaron de ejercicio de ofuscamiento.

Diez años después de su creación, una comisión vaticana sobre abusos sexuales cometidos por clérigos publicó el martes su primer informe, un primer paso de autocrítica realizado por algunos obispos que fue criticado de inmediato por los defensores de las víctimas por su falta de eficacia y de verificación independiente.

Desde que el escándalo de los abusos clericales saltó a los medios de comunicación hace dos décadas, la Iglesia ha luchado por implementar medidas eficaces en todo el mundo para poner fin a los abusos y exigir responsabilidades a la jerarquía eclesiástica cuando esta se vio implicada en el encubrimiento de casos.

El grupo del Vaticano, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, se conformó en 2014 para asesorar al papa Francisco sobre la mejor manera de proteger a los menores y a los adultos vulnerables de los depredadores sexuales del clero. El año pasado, Francisco también encargó a la comisión que verificara que los países cumplían la nueva ley eclesiástica que establece normas para denunciar y combatir los abusos sexuales del clero.

El informe fue la primera vez que el Vaticano divulgaba los resultados de sus esfuerzos por mejorar las políticas y los procedimientos de protección.

La comisión descubrió que algunos de los países demostraban “un claro compromiso con la salvaguarda”. Otros se quedaron rezagados, mostrando en algunos casos una “preocupante” falta de apoyo a las víctimas de abusos. También pidió mejores medidas disciplinarias, así como compensaciones económicas para los sobrevivientes.

En una conferencia de prensa celebrada el martes en el Vaticano, el cardenal Sean O’Malley, presidente de la comisión, describió el informe como una “instantánea del viaje de conversión que hemos emprendido” hacia “un ministerio transparente y responsable”. Pero aún queda “mucho por hacer”, dijo. En algunos casos, solo participaron unas pocas diócesis de un país.

Los principales defensores de los sobrevivientes de abusos del clero dijeron que el informe no proporcionaba la transparencia que durante mucho tiempo le han exigido a la Iglesia.

“Lo único que hacen es recopilar información de fuentes con muchos prejuicios”, dijo Anne Barrett Doyle, quien ha seguido la pista de los abusos del clero durante décadas como codirectora del sitio web BishopAccountability.org.

“Creo que este informe solo añadirá más humo y ofuscamiento en torno a la gestión global de los abusos por parte de la Iglesia”, dijo. “Creará la impresión de que ahora protegen a los niños, cuando no es así en absoluto”.

Otros críticos compararon los informes de los obispos con el cumplimiento de las tareas escolares que se presentan a los profesores. Dijeron que las leyes no iban lo suficientemente lejos, exigiendo tolerancia cero para los clérigos que abusan, así como para los superiores que los encubren. Otros dijeron que el cumplimiento seguía siendo escaso.

“Puedo apreciar la voz del papa Francisco”, dijo Francesco Zanardi, fundador del grupo italiano de sobrevivientes Rete L’Abuso (Red del Abuso). Pero muchos de sus obispos “al final no escuchan”.

Zanardi calificó el informe de “castillo de naipes construido sobre arena”.

El papa Francisco encargó a la comisión que verificara que los países seguían una nueva ley eclesiástica que establecía normas para denunciar y combatir los abusos sexuales del clero. Credit…Tiziana Fabi/Agence France-Presse — Getty Images

Desde su creación, la comisión se ha enfrentado a fuertes críticas sobre su mandato, sus capacidades y su financiamiento, y varios miembros destacados han dimitido en señal de protesta, entre ellos dos sobrevivientes de abusos clericales que acusaron al Vaticano de obstruccionismo.

El año pasado, el reverendo Hans Zollner, un jesuita alemán que posiblemente sea el principal experto de la Iglesia católica en la lucha contra los abusos, también dimitió criticando a la comisión por no ofrecer “responsabilidad, cumplimiento, rendición de cuentas y transparencia”.

El martes, el cardenal O’Malley dijo que el informe formaba parte de un viaje, desde un “periodo oscuro” del pasado reciente de la institución en el que “los líderes de la Iglesia fallaron a las víctimas de abusos”. Esperaba que el informe fuera el comienzo de un nuevo capítulo de normas uniformes. “Creemos que se está produciendo un cambio”, dijo.

El informe contenía algunas recomendaciones clave. Decía que la Iglesia tenía que disciplinar mejor a los clérigos que habían sido declarados culpables de abusos o encubrimiento, pero no habían sido destituidos, lo que les permitía causar “daños adicionales”.

“Tal realidad revela la necesidad de un procedimiento disciplinario o administrativo que proporcione una vía eficaz para la dimisión o la destitución”, afirmaba el informe. Y reiteraba “la importancia de la indemnización” para los sobrevivientes de abusos, pero también hacía énfasis en “las disculpas públicas”.

El informe afirmaba que “no pretendía ser una auditoría de la incidencia de los abusos en los contextos eclesiásticos”, debido a “limitaciones de tiempo y capacidad” y a “la falta de datos fiables en algunos países, sobre todo de estadísticas fiables sobre el número de niños de quienes se abusa sexualmente”. En cambio, se había centrado en las políticas, procedimientos y mecanismos para mantener a salvo a los niños y adultos vulnerables.

En algunos casos, enumeraba las dificultades para implementar prácticas de protección, como las “barreras culturales para denunciar los abusos”, la “priorización de la reputación de la Iglesia sobre el apoyo a los supervivientes” o la “falta de sensibilización cultural ante el fenómeno de los abusos.“

El informe también examinaba la oficina doctrinal del Vaticano encargada de tratar los casos de abusos y pedía una mayor transparencia, especificando que podría acortar la duración de los juicios canónicos, trabajar más eficazmente con las autoridades locales y ser menos reservada.

También pidió a quienes trabajan en los seminarios que reciban una formación adecuada sobre protección y que se aseguren de que se realiza una evaluación psicológica completa de quienes aspiran a ser sacerdotes.

Un portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, dijo el martes que se publicarían otros informes anualmente.

Los defensores de las víctimas dijeron que las conclusiones habían sido demasiado amplias.

Todas las conferencias episcopales nacionales deben presentar a la comisión informes sobre sus prácticas de salvaguardia.

En el pasado, varios países publicaron informes sobre abusos cometidos por clérigos, algunos de los cuales se remontan a décadas atrás en sus archivos. Solo unos pocos países, entre ellos Estados Unidos, han publicado informes anuales sobre casos de abusos clericales

Juan Carlos Cruz, miembro de la comisión y sobreviviente de abuso, dijo en una entrevista que el informe estaba incompleto por necesidad y que constituía un documento inicial sobre el que la comisión debía construir y desarrollar. No era, dijo, “un ejercicio de relaciones públicas”, pues de lo contrario no formaría parte de eso.

“Hablamos tanto de transparencia y responsabilidad y, sin embargo, los datos son tan turbios”, dijo, y añadió que había importantes lagunas en la recopilación de información, que dijo que se abordarían. “Comprendo que no satisfará a todo el mundo ni a los sobrevivientes”, dijo.

“Es el primero y es un comienzo”, dijo.

Elisabetta Povoledo es una reportera radicada en Roma que cubre Italia, el Vaticano y la cultura de la región. Es periodista hace 35 años. Más de Elisabetta Povoledo

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