El presidente Luis Lacalle Pou asistió a la Catedral Metropolitana de Montevideo, donde participó de una oración interreligiosa «por la patria» para bendecir el inicio del nuevo gobierno, como lo definió el cardenal y arzobispo de la capital, Daniel Sturla.
Lacalle Pou se ubicó en primera fila, junto al secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el subsecretario, Rodrigo Ferrés. Una fila más atrás, así como desperdigados por la nave central de la catedral, se ubicaron varios ministros y legisladores del nuevo gobierno.
En el evento estuvo presente Francisco Bustillo, embajador de Uruguay en España, Álvaro Delgado, secretario de Presidencia, Javier García, ministro de Defensa, Guido Manini Ríos, senador, entre otras autoridades.
El presidente llegó sobre las 19:00 horas y fue recibido por el cardenal Sturla, con quien lo une una relación de amistad que motivó la celebración de la oración interreligiosa, en la que participaron representantes de otras comunidades, como la judía, la armenia, la anglicana y la evangélica.
Además del cardenal Sturla, estuvieron presentes el presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay, obispo de San José , Arturo Fajardo; el pastor Jerónimo Granados, ministro de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata; el obispo Daniel Genovesi, Iglesia Anglicana del Uruguay; pastor Pedro Lapadjian, Iglesia Evangélica Armenia; Daniel Dolinsky, rabino de la Nueva Congregación Israelita del Uruguay (comunidad judía) y Max Godet, Gran Rabino de la Kehila (comunidad judía).
Lacalle Pou escuchó con atención las oraciones que le dedicaron cada uno de los religiosos. El rabino Daniel Dolinsky, de la Nueva Congregación Israelita del Uruguay, le recordó al presidente que liderar es «potenciar virtudes, el encuentro y abrazar lo diverso». Para terminar su oración, le pidió algo «prestado» a Lacalle Pou , que lo miró sorprendido.
«En el judaísmo solemos concluir nuestros momentos de celebración agradeciendo con una bendición por poder estar en este lugar, en este momento (…) Le voy a pedir prestado a nuestro presidente su eslogan de campaña: es ahora», dijo el rabino y motivó la sonrisa de Lacalle Pou.
El pastor Jerónimo Granados, ministro de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, se dirigió a Lacalle Pou y le recordó que hizo un «pacto con los habitantes libres de Uruguay», país que es «ejemplar en la región», ya que «sigue siendo una muestra de lo que es la democracia».
«Usted ha marcado la cancha humildemente poniéndose bajo el control del pueblo y sus numerosísimos grupos. Esto, que en otra época marcaría la debilidad de un estadista o de un presidente, es lo que a usted seguramente le va a dar fortaleza», vaticinó Granados, a lo que Lacalle Pou asintió.
Por la Iglesia Católica habló el obispo de San José, monseñor Arturo Fajardo, quien citó una frase del general José Artigas en medio de su oración y recordó que «la causa de los pueblos no admite la menor demora». El también presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay describió a la política como «la más preciosa forma de la caridad porque busca el bien común y el bien social».
«En una sociedad que demuestra signos de fragmentación y de pérdida de sentido, busquemos construir puentes», señaló.
Además de dedicar un Padre Nuestro al nuevo gobierno, la ceremonia incluyó un encendido de cinco velas, una por cada comunidad religiosa representada en la oración de este lunes.
«Toda celebración, sea laica o religiosa que tienda a unir a los uruguayos, a la tolerancia, al mejora, a la justicia, que es darle un empujón a los que menos tienen, son bienvenidas», señaló Lacalle Pou en rueda de prensa, a la salida de la oración.
Consultado respecto a la laicidad que el país ostenta, el presidente dijo que participó en celebraciones de varias religiones y que «laicidad» no es «laicismo»,
«Laicidad es no tener una religión oficial, no significa no creer o no tolerar o que no sean bienvenidas las religiones», aseguró.