El presidente de Israel, Reuven Rivlin, se reunió este lunes con líderes cristianos en la ciudad de Jerusalén.
“El Estado de Israel, como guardián de esta ciudad, está profundamente comprometido con los derechos religiosos de adoración y actividad de todas las comunidades religiosas en Jerusalén e Israel”, dijo el presidente israelí Reuven Rivlin.
“Cristianos, musulmanes y judíos siempre tendrán la libertad de adorar aquí”, agregó, en la ceremonia que marcó el aniversario 800 del establecimiento de la Orden Franciscana en el actual territorio de Israel.
“La soberanía israelí nunca comprometerá la libertad religiosa”, señaló Rivlin. “Estos son tiempos difíciles y dolorosos para los cristianos en el Medio Oriente. Estoy orgulloso de que Israel es el único país en nuestra región donde la comunidad cristiana no se está reduciendo, sino que de hecho está creciendo”.
Rivlin también felicitó a los jefes de las iglesias por llegar a un acuerdo sobre la restauración y preservación de la Iglesia del Santo Sepulcro, y dijo: “Me da mucha alegría que hayan acordado la próxima etapa para restaurar y proteger a la Iglesia del Santo Sepulcro, asegurándose de que este lugar sagrado para el cristianismo se asegure para las generaciones futuras “.
El acuerdo fue firmado entre las iglesias ortodoxa oriental, católica romana y apostólica armenia, que han sido los principales custodios del edificio desde la era otomana.
El proyecto multimillonario será financiado por los diversos grupos cristianos y el Reino Hashemita de Jordania.
“Desafortunadamente, incluso recientemente, hemos visto estallar la violencia de una manera inhumana y brutal contra los fieles que oraban”, dijo el padre Francesco Patton, que ostenta el título católico romano de Custodio de la Tierra Santa.
“Esta violencia ha golpeado a la comunidad judía en EE.UU., a la comunidad musulmana en Nueva Zelanda, así como a la comunidad cristiana en Sri Lanka. Como líderes religiosos, rechazamos condenar y deploramos todo tipo de explotación de la religión, y especialmente a la justificación religiosa de los actos de violencia”.
“Cuando el Papa Juan Pablo II llegó a Jerusalén en marzo de 2000, nos recordó que el papel de los líderes religiosos es, sobre todo, el de promover la paz y la comprensión recíproca’”, agregó.