Durante el recorrido procesional, el Santísimo estuvo acompañado por cofradías, hermandades, grupos de jóvenes, bandas de música, niños de Primera Comunión, órdenes afincadas en Toledo, miembros del Seminario Diocesano, del Clero, de la Academia de Infantería y de la Universidad regional, así como pajecillos, acólitos, timbaleros y autoridades civiles y militares.
La comitiva, tras llegar a los Cuatro Tiempos, se encaminó hacia la plaza Mayor, calle Martín Gamero y calle Comercio para a continuación, pasadas las doce del mediodía, una lluvia de pétalos rojos y fuertes aplausos anunciaba la llegada de la Custodia a una abarrotada plaza de Zocodover, testigo mudo de los acontecimientos más importantes de la capital castellano-manchega.
Tras llegar el Santo Sacramento, —realizado durante ocho años por Enrique de Arfe— al Arco de la Sangre, el silencio se apoderó del lugar para escuchar la tradicional alocución del prelado toledano. Tras una breve bendición, la Custodia emprendió de nuevo el camino hacia el templo entre una gran ovación del público asistente. Tres horas más tarde, hizo su entrada por la Puerta Llana de la catedral.
Entre las autoridades que participaron en el cortejo se encontraban el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, acompañado de los consejeros de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, y Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, que previamente asistieron a la misa en el templo primado.
Unos pasos por detrás, les seguían la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Blanca Fernández; la secretaria primera de la Mesa de las Cortes, Josefina Navarrete; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio; el jefe de la Guardia Civil en la región, Manuel Llamas; el jefe superior de la Policía en la Comunidad, Félix Antolín Diego; la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón y miembros de la corporación municipal.
Desde los balcones de la Delegación del Gobierno esperaban la llegada de la Custodia el secretario general del PP en Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, acompañado de los diputados del Grupo Parlamentario Popular, así como el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, los cuatros subdelegados del Gobierno en la provincia —el de Toledo procesionaba—, y los embajadores de Ecuador, Eslovenia y Chipre, entre otros representantes del mundo empresarial, político, cultural, vecinal, militar y religioso. Entre las ausencias más significativas este año, destacó la de la presidenta del PP en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que estuvo presente en el debate de la moción de censura que se celebró en el Congreso de los Diputados.