El presidente de Alemania, Joachim Gauck, y la canciller, Angela Merkel, asistieron hoy en la Gedächtniskirche a una misa para rendir homenaje a las víctimas del ataque terrorista del lunes contra un mercadillo de Navidad en Berlín que dejó doce muertos y 48 heridos.
La ceremonia, a la que también asistió el ministro del Interior, Thomas de Maizière, se celebró precisamente en la emblemática iglesia en torno a la que se extiende el mercadillo atacado y que constituye un símbolo del horror de la II Guerra Mundial.
El alcalde-gobernador de Berlín, Michael Müller, tomó la palabra para recordar que “la respuesta al odio no puede ser el odio” y subrayó el deseo de todos de “vivir en libertad y democracia”.
“No conocemos a ciencia cierta el trasfondo de este ataque, pero sí lo que pretendía causar: propagar el miedo y el odio”, señaló.
El atentado demuestra “lo vulnerables que somos”, pero “en una sociedad libre no existe una seguridad total. Ese es el precio a pagar”, agregó.
Müller dijo que durante mucho tiempo Berlín albergó la esperanza de no ser el objeto de un atentado como los sufridos recientemente en otras grandes ciudades, pero con el ataque de anoche, “esta esperanza se desvaneció”.
Resumió el sentir general al hablar de aturdimiento y profunda conmoción por lo ocurrido, al tiempo que recordó a los familiares de las víctimas que no están solas.
Previamente, representantes de las diversas confesiones se ubicaron en fila junto al altar y comenzando con las mismas palabras (“Estamos juntos aquí”) expusieron las razones por las cuales en estos momentos de duelo hay que permanecer unidos para demostrar que “la unidad es más fuerte que cualquier odio”.
Además, la cantante de soul neoyorquina Jocelyn Smith, que los miércoles dirige un coro abierto al público en la misma Gedächtniskirche, interpretó al piano dos temas en inglés.
El alcalde-gobernador de Berlín recordó asimismo que así como en muchas ocasiones la Puerta de Brandeburgo se ha iluminado en señal de solidaridad con los colores de las banderas de diferentes países, hoy brilla con los colores nacionales, “en señal de duelo” pero también como símbolo de una ciudad cosmopolita.
Berlín no debe dejarse intimidar por el miedo y el terror, dijo Müller, quien agregó que está en manos de todos que continúe siendo una ciudad abierta.