Nombra como califa al líder insurgente Abú Bakr Al-Baghdadi, e insta a los fieles al islam a «renunciar a la democracia, al laicismo, el nacionalismo y otras basuras e ideas occidentales».
Estado Islámico de Irak y el Levante. De momento, un Estado declarado de facto y una cruenta facción terrorista islamista, que extiende su dominio de terror por el norte de Irak y gran parte de Siria, que permanece sumida en la guerra civil. Rebautizado desde el domingo como Estado Islámico, el grupo insurgente terrorista cuenta con más de 10.000 hombres preparados para morir por la Yihad. Lo preocupante es que el ejército con el que cuenta no solo proviene de países islámicos, sino ciudadanos europeos, que cuentan con entramados que envían a soldados para morir por la instauración de un estado islámico en los territorios que ellos consideran que otrora les pertenecieron.
Por el momento, solo han extendido su reinado de horror por Irak y Siria, pero su intención no es quedarse para siempre en su particular cuna. Su intención es extender el Estado Islámico desde lo que fue Al-Ándalus hasta las exrepúblicas soviéticas, pasando por el cuerno de África, el Sahel y el Magreb. De momento, ‘tan solo’ cuentan con 10.000 hombres, pero la cifra crece cada día, y el horror que extienden por las tierras que dominan solo confirma los peores miedos: crucifixiones, ejecuciones en masa, que además celebran en las redes sociales. Recientemente, el ISIS se declaraba como califato y pedía a todos los musulmanes juramento de fidelidad, nombrando como califa al líder insurgente Abú Bakr Al-Baghdadi, e instando a los fieles al islam a “renunciar a la democracia, al laicismo, el nacionalismo y otras basuras e ideas occidentales”.
Las reacciones internacionales, como es lógico, no se han hecho esperar. Jordania afirmaba sentir más ‘miedo’ por parte del ISIS que de una invasión de Irak, ya que el ISIS podría tratar de extenderse hacia el país liderado por el rey Abdalá. Así mismo, el 25 de junio ‘The Washington Post’ alertaba de que el ISIS estaba armándose gracias a la captura de varias bases del ejército iraquí, así como lucrándose a través del secuestro, extorsión y el mercado internacional de la droga. Muchos jóvenes kurdos también se están uniendo al ISIS como forma de lograr la independencia del Kurdistán, también por cercanía religiosa, ya que el ISIS es suní. Irán tampoco ve con buenos ojos la aparición del Estado islámico, puesto que los clérigos que dominan el país son chiíes, enemigos jurados del nuevo califato.
El mapa publicado en Twitter por parte del Ejército Islámico de Irak y el Levante
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