La España constitucional en que vivimos ha de ser laica si quiere ser realmente democrática.- Plantean en un comunicado
El Partido Reformista quiere manifestar su fe en que un estado democrático tiene que ser laico, es decir, no tener preferencias religiosas ni, por supuesto, mantener religiones concretas por encima de las otras. Por ello, nos oponemos no a la visita del papa el próximo fin de semana, sino a que los españoles, todos, independientemente de su religión, costeen su viaje, su seguridad, y sus actos públicos.
El papa vendrá en el taxi más caro del mundo, el papamovil, que cada hora de trayecto sale por 800.000 euros de nada. O lo que es lo mismo: 13.333 euros por cada minuto que pase Benedicto XVI en España. Como hemos dicho, el problema no es el precio, sino quién paga la mayor parte de esta abultada factura. Los papamóvil -han traído dos- llegaron la semana pasada a bordo de un avión Hércules del Ejército español, por lo que fueron pagados por los sufridos españoles sumidos en plena crisis material y, aunque no lo acepte la iglesia, también espiritual. Además, las próximas visitas pastorales costarán a las menguadas arcas
públicas 29,8 millones de euros. El gasto en dinero público y la tarifa por horas las ha calculado la organización Europa Laica: tres millones de euros en Santiago, 1,8 millones en Barcelona y 25 millones el año próximo
en Madrid.
La poca democracia en la que vivimos en España hacen, además, que no sepamos realmente si estas cuentas se quedan cortas o se pasan porque, inexplicablemente, no está del todo claro el dinero público empleado.
Parece ser que el mayor misterio de esta visita, muy por encima de los propios de la misma religión católica, será lo que costara la visita de su mas alto representante, que además ya ha confirmado que el carácter del
viaje es religioso y no diplomático, por lo que no entendemos por qué el gobierno, las autonomías y los ayuntamientos afectados asumirán la mayor parte del gasto.
El Partido Reformista vuelve a reiterar que no esta en contra de cualquier visita religiosa que un representante de cualquier iglesia haga a nuestro país, siempre que las arcas publicas, es decir, los españoles, sean los
que la financien (a no se que se trate de los españoles que voluntariamente así lo quieran por motivos religiosos). La España constitucional en que vivimos ha de ser laica si quiere ser realmente democrática, así que nos solidarizamos con todos los movimientos de oposición a la visita papal que están surgiendo por todo el país.