«El párroco venía buscando los locales, la llave y le daba igual que la gente dejase de ir a la Iglesia», afirmaba en este vídeo a Andrea Ropero una vecina de Topares, donde la Iglesia se había inmatriculado su centro social, entre otros locales.
Andrea Ropero arrojaba luz sobre las inmatriculaciones irregulares de la Iglesia desde Topares, en Almería, donde los vecinos habían recurrido la sentencia que reconoce como propiedad del obispado un salón social que ellos mismos construyeron con sus propias manos y que habían mantenido desde finales de los años 50.
Alfonso Serrano, presidente de la Hermandad de las Ánimas, aseguraba en el vídeo sobre estas líneas que este edificio «no tiene nada que ver con la Iglesia, lo hizo el pueblo para su disfrute» y que cuando descubrieron que el obispado se lo había inmatriculado «nos quedamos de piedra». Además, explica que también se han adjudicado un local contiguo y hasta una peluquería. «Me duele mucho por nuestra gente mayor. Si tu ves a los mayores de 80 años cómo se sienten con todo esto, es penoso», comenta este hombre, que aseguraba que «no nos vamos a mover» del centro y que «nos sentimos como que nos están robando, pero es que es verdad, es que nos están robando«.
Ricardo Martínez, abogado de los vecinos de Topares, analizaba el caso y señalaba que más allá de la inmatriculación que hizo la Iglesia del edificio en 2014, «no hay ningún documento más que pueda acreditar que esto es de su propiedad». «Este edificio lo construyó la hermandad a su costa y el obispado no ha puesto aquí ni un céntimo de peseta, ya no de euro», afirmaba rotundo.
Las vecinas de Topares apuntaban que la Iglesia perdió muchos fieles en la localidad con el párroco anterior: «Venía buscando los locales, la llave y le daba igual que la gente dejase de ir a la Iglesia«: ?Vino en plan Hacienda, no como sacerdote», zanja. Por su parte, Antonio, que participó en la construcción del centro social, aseguraba que «legalmente es de la Iglesia, pero moralmente no, porque mientras hicimos esto aquí no asomó ni el obispo ni el vicario». «Este salón es el buque insignia del pueblo, es nuestra vida y el día que esto se cierre, Topares se cierra«, sentencia.