Cientos de fieles asisten a la conmemoración de este acto, que se celebra de forma ininterrumpida desde el siglo XVI
Pamplona conmemoró ayer la renovación del Voto de las Cinco Llagas, celebrada como es tradición en la iglesia de San Agustín, a la que asistieron cientos de fieles que abarrotaron el templo. Durante los oficios, el párroco, Juan José Cambra, hizo una cerrada defensa de la religión cristiana y denunció la "la orquestación contra la iglesia de algunos medios de comunicación públicos y laicistas". Asimismo, también criticó la recién aprobada ley del aborto.
A las 17.30 horas entraba en la parroquia de San Agustín la Corporación municipal, cuyos ediles iban ataviados con el traje protocolario y portaban las medallas oficiales. Acompañada por maceros, libreas y clarineros, se unían en el templo con los hachones de la Hermandad de la Pasión y los representantes de las antiguas parroquias de la capital. Allí, se realizaba una pequeña procesión, con la imagen de las Cinco Llagas.
Juan José Cambra recordó el significado del Voto de las Cinco Llagas, una tradición que conmemora cada año lo acaecido en 1599, cuando la ciudad quedó libre de la peste, que acabó con la vida de 300 personas. "La celebración sencilla de este hecho", indicó, "nos permite reflexionar sobre nuestra propia identidad de ciudadanos cristianos y afianzar algunos de los rasgos de nuestra conciencia cristiana, especialmente amenazada en estos momentos por la orquestación contra la iglesia de algunos de medios de comunicación públicos y laicistas, que por lo visto ignoran que el imperios más poderosos que ellos lo han intentado durante 2.000 años de historia de la iglesia y no lo han conseguido".
El párroco de San Agustín defendió la religión como "fuente de cultura, principio de cohesión, escuela de convivencia, maestra de misericordia y perdón, y fuerza para el trabajo y el crecimiento". "Quienes pretenden eliminar la religión", prosiguió", "pensando que la libertad y el progreso son incompatibles con la fe en Dios y la religión cristiana, se equivocan gravemente y ponen en peligro la consistencia de nuestra identidad social". Igualmente, abogó por la "defensa de los más débiles, sobre todo los no nacidos, amenazada por una de las mayores injusticias nunca legisladas en nuestro país".
Una vez finalizado el acto religioso, la comitiva se dirigió a la Catedral de Pamplona para asistir a los Oficios y la Misa in Coena Domini, presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez.
Los actos de Jueves Santo finalizaron con una breve visita a la iglesia de San Saturnino para orar. Y es que, oficialmente, el Ayuntamiento de Pamplona pertenece a esta parroquia y, de hecho, el párroco Jesús Salcedo es también el del Consistorio.