El Parlamento de Lituania (Seimas), rechazó este martes un proyecto de ley para legalizar las uniones civiles entre personas que habría permitido las homosexuales pero también las relaciones de cohabitación entre personas de distinto sexo.
El proyecto había sido apoyado por el Partido de la Libertad, miembro de la coalición de Gobierno de la primera ministra Ingrida Simonyte, pero no logró reunir la mayoría de la cámara, compuesta por 141 miembros.
El texto no pasó el trámite de la primera lectura por el voto de 63 diputados a favor, 58 en contra y 7 abstenciones. Sin embargo, la votación no paró definitivamente la ley puesto que la reenvió a sus patrocinadores para que estos la “mejoren”, una moción que fue aprobada por 75 contra 52 votos.
Tomas Vytautas Raskevicius, diputado del Partido de la Libertad y principal impulsor del proyecto, dijo que la iniciativa para permitir las uniones civiles volverá a debatirse en la sesión de otoño del Parlamento.
“Nunca hubo tanto apoyo a estas relaciones. Tenemos 63 votos, a solo dos (de la mayoría para su aprobación)”, dijo Raskevicius a medios locales. Sin embargo, la líder de su partido, Ausrine Armonaite, manifestó su decepción por el resultado de la votación: “el proyecto fracasó sobre el transfondo del odio y la desinformación”.
La iniciativa fue presentada el 21 de mayo y define las uniones civiles como “el hecho de cohabitar entre dos personas registradas según el procedimiento establecido para los actos legales con el propósito de establecer (o) desarrollar y proteger la relación entre los componentes”.
Las personas en estas uniones no podrían adoptar hijos, una opción rechazada por los conservadores en el Parlamento y que encuentra oposición en la sociedad lituana.
El asunto de la legalización de las uniones del mismo sexo ha causado controversia en Lituania, un país mayoritariamente católico y con visiones conservadoras sobre el matrimonio, la sexualidad y el concepto de familia. El proyecto fue redactado de manera que se evitó denominar “familia” a los componentes de esas uniones.
Este tipo de uniones también ha sido controvertido en la vecina Letonia, donde en los últimos veinte años han fracasado varios intentos por aprobar una ley que las regule. Sin embargo, Kaspars Zalitis, director del movimiento letón “Dzivesbiedri” (compañeros de vida) dijo a Efe que la iniciativa lituana es estimulante.
“Sólo se quedaron cortos de unos pocos votos y la idea no ha sido enterrada”, dijo Zalitis, quien consideró que podrá apoyar una iniciativa similar en Letonia, que avanza lentamente en el Parlamento de esa república báltica.
Estonia, el tercer Estado báltico al norte, ya aprobó una ley de uniones que no tiene en consideración el sexo de sus componentes.