La Cámara Baja aprueba la ley que prohíbe la eutanasia y obliga a los enfermos terminales la alimentación hasta la muerte natural
Los italianos han perdido la última palabra sobre su derecho a morir dignamente. El Parlamento, con 278 votos a favor y 205 en contra, aprobó la ley que prohíbe la Eutanasia, obliga a mantener a los enfermos terminales la alimentación hasta la muerte natural y reduce a la categoría de mera "orientación" el testamento vital, dejando en manos del médico la facultad de elegir sea cual sea la voluntad del paciente o su familia. El Gobierno de Silvio Berlusconi, con el apoyo de la Unión de Centro, descendientes de la extinta Democracia Cristiana, cierra así uno de los capítulos más controvertidos de la actual legislatura, el caso de Eluana Englaro.
De hecho, el decreto ley aprobado con algunas enmiendas, surgió en la navidad de 2008. Il Cavaliere, después de que el Tribunal Supremo aprobara la suspensión de la alimentación a Englaro, que a sus 42 años llevaba desde los 17 en estado vegetativo, se apresuró a construir una normativa ad hoc para contentar al Vaticano y restituirle la alimentación. El 9 de febrero de 2009, mientras el Senado discutía aquella ley, Eluana moría en un hospital de Udine.
El Partido Radical considera que "nos han robado la muerte"
Su padre, Beppino Englaro, dio una rueda de prensa antes de la votación en la que calificó el decreto ley como "anticonstitucional". Desde su punto de vista, "nadie, ni el Estado ni un médico, pueden decidir sobre la vida de un ciudadano". Para el Partido Democrático (PD), la nueva norma es directamente "autoritaria", mientras que Mario Staderini, del Partido Radical, afirmó que "nos han robado la muerte". El texto definitivo viajará de vuelta al Senado, que ya en septiembre, dará el visto bueno definitivo a los cambios introducidos en la Cámara Baja.
El PD anunció que una vez que se oficialice la ley, comenzará a recoger firmas para la convocatoria de un referéndum. Según el presidente de la comisión de investigación sobre el servicio sanitario nacional, Ignazio Marino, "si hubiera una votación popular contra la ley, conseguiría más apoyos que los del agua y contra la energía nuclear", celebrados en junio.