Como una historia de amor cruzada de Homero y Shakespeare, de eso va el post de hoy de la serie Nuevo Testamento de Literatura.
Un amor prohibido, pecaminoso, escondido y correspondido pero sólo platónico, aunque algunos creen consumado, y, sobre todo, vigilado por fuerzas sobrenaturales que no están dispuestas a que el destino trazado cambie su rumbo. Lo cierto es que sobre ninguna hipotética relación, de ningún hipotético personaje, se ha especulado tanto y con tan pocas pruebas (porque la Biblia no es muy clara) como con la de Jesús y María Magdalena. El duelo perpetuo entre el deber y el querer y el deseo. Hasta ese momento, la vida de Jesús era familiar, social y política-evangelizadora, y el amor apenas una sombra en el horizonte. Aunque uno de los que se acercó a esa sombra y le dio vida para desacralizar y desmitificar al llamado Redentor fue Nikos Kazantzakis que en 1955 escribió la novela La última tentación de Cristo. Una tentadora ucronía sobre cómo habría sido la vida de Jesús si hubiera dado la espalda a su Dios y a su misión divina, a cambio de vivir el paraíso en la tierra como un mortal más con quien se dice fue una prostituta.
Una licencia que el autor griego le concede a Jesús en su penúltimo aliento en la cruz. Vivir con María Magadalena, amar y desear, disfrutar de la dicha de sentirse amado y deseado, de ser feliz, por fin; enviudar, volver a casarse y tener hijos, seguir el camino de la vida… Pero el sueño termina y Jesús sigue en la cruz, y su sueño sueño fue. Como si Kazantzakis dijera, más allá de creencias religiosas, que la vida hay que vivirla, sobre todo la del amor, para no tener que perder tiempo al final con tristezas y lamentos por aquello que no se dijo o no se hizo.
Así es que con la presencia de María Magdalena, la primera persona a la que Jesús se le aparece después de su resurrección, según la Biblia, cierro esta serie de Nuevo Testamento de Literatura, de personajes bíblicos recreados por escritores, y que ustedes han estado completando con sus comentarios. A ella llego, o mejor, llegamos, tras el acercamiento hecho a la infancia de la Virgen María, según Gustavo Martín Garzo; a los enigmas teológicos sobre la verdadera misión e identidad de Judas Iscariote, según Jorge Luis Borges; y al descubrimiento del lado más doloroso y humano de Jesús, según José Saramago.
Pero más que una provocación y un libro polémico o blasfemo, Nikos Kazantzakis lo que hace es exaltar la figura bíblica de Jesús, elogiar su fuerza, su voluntad, su sacrificio y deber ante la misión encomendada por Dios al no ceder ante las tentaciones que lo puedan desviar de su objetivo salvador, ni siquiera su paraíso terrenal con la Magdalena.
Por todo eso María Magdalena es un personaje muy atractivo para la leyenda y la imaginación de escritores (no hay más que ver la cantidad de libros sobre los descendientes de Jesús y sectas) y artistas. Ha sido pintada y esculpida de diferentes maneras y con diversas ópticas: como prostituta, como casi un apóstol más, como mujer deseada, como dolorosa o como fiel seguidora de Jesús, como se observa en las obras que acompañan este post. ¿Qué te parece la obra de Kazantzakis, La última tentación de Cristo? ¿Qué otro libro donde aparece María Magdalena nos recomiendas?
Gracias por haber seguido esta miniserie que busca leer de otra manera la Semana Santa.
María Magdalena, de Jules Joseph Lefebvre
(En la imagen, María Magdalena, según Tiziano)
(En la imagen pintada por Roger van der Weyden)
María Magdalena, de El Greco.
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