No sólo en la Iglesia argentina. También en el Vaticano se preparan a la batalla por la ley del aborto y recuerdan que se superpondrá con la negociación par evitar el default de la deuda.
Las advertencias, recogidas varias veces por Clarín en las últimas dos semanas, no han dado resultados y a partir del Papa, según parece, en las estructuras centrales del gobierno de la Iglesia se cree que la Argentina sumará al complicado proceso que se inicia por la negociación de la deuda, a fin de evitar un default con resultados muy perjudiciales, “una batalla totalmente inoportuna por un tema como el aborto, en el que están en juego principios fundamentales para los cristianos, cuando la cuestión ya está encarrilada en el ámbito parlamentario”.
Así la piensan en forma unánime las fuentes que consultó este corresponsal.
“No se puede decir oficialmente, pero la plena disposición concreta del Papa Francisco para ayudar a su país en la difícil negociación de la deuda debería haber favorecido una actitud menos imperiosa para plantear una ley del aborto legal que de hecho es una medida que no se sabe por qué no admite tiempos más prolongados y que termina superponiéndose con los debates sobre las condiciones para lograr una renegociación que evite un default en los próximos meses”, dijo una fuente consultada.
La gira presidencial de Alberto Fernández en Europa fue elogiada tras los muros leoninos porque obtuvo el apoyo del Papa y de los gobiernos de los cuatro principales gobiernos de la Unión Europea: Alemania, Francia, Italia y España.
Pero un veterano diplomático vaticano dijo a este diario que “estos respaldos son insuficientes porque todas las claves para obtener un resultado positivo que evite el default y encarrile los acuerdos de renegociación de la deuda, están en manos de una sola persona y un solo país: el presidente Donald Trump de Estados Unidos”.
Los norteamericanos no sólo tienen el peso mayor en las cuotas de los socios del Fondo Monetario Internacional con un 17%, más que los cuatro socios europeos juntos, sino que EE.UU. es el único que posee el derecho de veto.
El apoyo norteamericano, creen las fuentes vaticanas, tendrá un precio político costoso para la Argentina, teniendo en cuenta que Trump ha emprendido la campaña para la reelección como presidente en noviembre próximo. Pedirá contraprestaciones en las cuestiones latinoamericanas más criticas, como las crisis en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, además de un alineamiento claro si Trump decide aumentar aún más la pesada asfixia económica que sufre Cuba por las sanciones norteamericanas. Aumenta la escasez en la provisión de productos básicos para la población que evocan los tiempos del “período especial”, que los cubanos recuerdan como una pesadilla y que sobrevino tras la disolución de la Unión Soviética.