Benedicto XVI visitará España este mes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), pero se encontrará con los jóvenes menos católicos de la Historia del país. Menos de la mitad de los españoles de entre 15 y 24 años se consideran católicos. Los expertos explican el fenómeno por la educación laica que reciben los jóvenes y la inadaptación de la Iglesia a las necesidades de la sociedad moderna.
Las encuestas corroboran que el catolicismo en España registra un descenso cada vez más constante y acusado entre los jóvenes. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) recoge en sus estudios que el porcentaje de la población española que se considera católica ha pasado de un 87% en 1992 a un 71,7% (julio de 2011). Una encuesta realizada el pasado mes por la organización religiosa Paix Liturgique va más allá, concluyendo que solo el 63,3% de los españoles afirman profesar el catolicismo.
Los expertos aseguran que no es un fenómeno exclusivo de España sino de toda Europa Occidental, propio de las sociedades postindustriales. Javier Elzo, catedrático especializado en sociología de la Universidad de Deusto (País Vasco) asegura que en España hay muchas personas que no han olvidado el nacionalcatolicismo del franquismo y califica a la sociedad española como polarizada: "hay por un lado un catolicismo muy conservador, que sigue pensando en modelos casi de Cristiandad frente a un laicismo excluyente de lo religioso".
La Iglesia y los jóvenes
Entre la juventud, los índices son más contundentes: sólo un 45,1% de los jóvenes entre 15 y 24 años profesa la fe católica, según el último sondeo citado. Para Elzo es un hecho "que ha ocurrido siempre", quien afirma que por primera vez "nos encontramos con generaciones que no han sido educadas en la fe". En este sentido, se expresa también el sociólogo experto en pensamiento simbólico y religión, José Antonio Gómez-Marín: "disponemos de una juventud completamente ajena a la religión católica, que ignora la realidad catequética y evangélica y, por supuesto, las obligaciones eclesiales".
Ambos expertos recogen también, como causantes del desapego de los jóvenes a la religión, el profundo cambio de costumbres, al que según ellos la Iglesia no ha sabido responder: "no ha sido capaz de adecuarse a unas exigencias de una sociedad nueva por ejemplo en materia sexual, de convivencia o de caridad", afirma Gómez-Marín. Este experto reconoce que la Iglesia es la gran agente de la solidaridad pero "no ha sabido dar un gran ejemplo evangélico desprendiéndose de sus bienes, realizando un gran gesto capaz de deslumbrar a una generación".
Católicos no practicantes
El descenso del catolicismo viene acompañado por una menor práctica de la religión y un limitado acatamiento de los principios de la Iglesia. El estudio de Paix Liturgique afirma que la mitad de los que se consideran católicos no participa nunca o casi nunca en la misa. Entre los que practican la fe católica, poco más del 14% lo hace al menos una vez a la semana. Los datos del CIS, de julio de 2011, se encuentran en la misma línea; solo el 13% de los católicos asiste a misa casi todos los domingos y festivos.
Elzo afirma que responde a un cambio en la manera que los españoles invierten su tiempo de ocio: "hace 30 años la gente salía mucho menos de lo que sale ahora, no tenia segundas residencias y pesaba mucho la tradición. Llegaba el domingo y la gente iba a misa y a la plaza del pueblo. Esto ha desaparecido. Hoy la gente se va a sus segundas residencias, hace deporte… El sentido del domingo no tiene ningún sentido".
Escuche la entrevista al sociólogo Javier Elzo
Fe versus modernidad
Benedicto XVI apuntó en su visita a España en 2010 que en este país existe un choque muy fuerte entre fe y modernidad. Elzo ha recordado que el conflicto entre religión y laicidad ha durado en España todo el siglo XX y apunta a que con el gobierno de Rodríguez Zapatero existe "mayor crispación" que con ningún otro.
Por su parte, Gómez – Marín afirma que este choque se da por la propia evolución de la estructura social, pero también por la provocación del Gobierno actual: "ha pretendido buscarse un enemigo en la Iglesia católica, culpabilizándola de una serie de antivalores". El sociólogo cree que lo que está en decadencia en la sociedad española actual "es la moral con mayúsculas o globalizante, es una sociedad profunda y progresivamente amoral".
Indignados con el Papa
La España cada vez menos católica se podría dejar ver en la visita papal. Si en 2010 las asociaciones homosexuales de Barcelona recibieron al Pontífice con un masivo beso, en esta ocasión Benedicto XVI podría encontrarse en Madrid con marchas contra su visita, protagonizadas por el Movimiento 15M y otras asociaciones políticas y civiles. Todos se encuentran contrarios a los gastos que supone el JMJ para las arcas públicas. Está previsto que cueste unos 100 millones de euros (la mitad según la organización de la Jornada) y que gran parte de ellos salga de erario del Estado.
Según publica la prensa nacional, los indignados del 15M han convocado una manifestación el 16 de agosto a pocos metros de Cibeles, donde se celebrara ese día una misa presidida por el arzobispo de Madrid. Por su parte, 140 entidades ciudadanas ya han convocado una manifestación el 17 de agosto, un día antes de la llegada de Benedicto XVI, con el lema “De mis impuestos, al Papa cero”. Desde Europa Laica, una de las organizaciones convocantes, aseguran que el objetivo es protestar contra una visita "inadecuada, mal planteada y que con erario público consagra una religión determinada frente a la sociedad laica".
Escuche la entrevista al sociólogo José Antonio Gómez-Marín
Influencia en América Latina
Para el sociólogo Elzo, este fenómeno de secularismo creciente en España no va a extenderse en América Latina. En la región, asegura, "hay un trasvase del catolicismo al pentecostalismo. Si vas a Brasil o Uruguay hay un auge fabuloso de pentecostalismo con ribetes de religiones afro catecumenales". Por su parte, Gómez Marín cree que en los países latinoamericanos "miles de personas se convierten a sectas cristianas solidarias y no jerarquizadas que le dan protagonismo a los fieles más allá de sentarte en una silla y escuchar misa", asevera.
Gómez-Marín considera que es responsabilidad de la jerarquía eclesiástica evitar empequeñecerse paulatinamente en todo el mundo e insiste en que solo lo conseguirá con un giro revolucionario, con una "apuesta radical por la pobreza con el desprendimiento de sus riquezas".
Benedicto XVI, que estará en España desde el 18 al 21 de agosto, hallará un país cada vez menos católico. Pero esto no le privará de encontrarse con un baño de multitudes (la organización asegura que acudirán a Madrid dos millones de jóvenes de 170 países). También será recibido por el Rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.