Benedicto XVI inicia el martes la primera visita al país en un clima de expectación El Vaticano anuncia que Ratzinger hablará en Nueva York de los abusos sexuales
Benedicto XVI inicia el próximo martes su primera visita a EEUU, la cuarta potencia católica del mundo, que se circunscribirá a Washington y Nueva York, donde está previsto que pronuncie un discurso en la ONU y visite la zona cero, donde el atentado terrorista del 11 de septiembre del 2001 segó 2.750 vidas. Pero las palabras que se esperan con mayor expectación son las que dirigirá al clero el sábado 19, día en que celebrará el tercer aniversario de su elección como Pontífice, en la catedral de San Patricio. Allí abordará la espinosa cuestión de los abusos sexuales perpetrados en las últimas décadas por más de 4.000 curas estadounidenses, según ha avanzado el secretario de Estado del Vaticano, Tarsicio Bertone, que ha dado a entender que pedirá perdón a las víctimas.
Bertone, en una entrevista emitida por el canal televisión Fox News, no fue concluyente al respecto, pero desveló que Ratzinger se referiría a ello, exhortando a la Iglesia estadounidense a "purificarse" y a buscar "la reconciliación" con los afectados.
Un informe encargado por la Conferencia Episcopal de EEUU concluyó en el 2004 que durante la segunda mitad del siglo XX se registraron cerca de 11.000 acusaciones de abusos sexuales contra 4.392 sacerdotes, de las que al menos 6.700 fueron fundadas. El informe sucedió a la explosión de denuncias que se desencadenó en el 2002 tras el reconocimiento por parte de la jerarquía de que se habían encubierto centenares de casos de pederastia.
El viaje del Papa, que finalizará el domingo 20, evitará la visita a Boston, el lugar donde estalló el escándalo sexual que tanto daño ha hecho a la popularidad y las finanzas de la Iglesia católica de EEUU, que ha tenido que movilizar cerca de 2.000 millones de dólares (1.270 millones de euros) para hacer frente a los procesos judiciales.
Está por ver si habrá algún encuentro con las víctimas, que cuentan con una asociación que las representa, la Red de Supervivientes de los Abusos de los Sacerdotes (SNAP), que se ha venido mostrando muy crítica con el Vaticano. Una cita con el Papa es improbable, aunque sí podría darse con alguno de los acompañantes de Benedicto XVI. En cualquier caso, la presencia en el séquito del antiguo cardenal de Boston Bernard Law, que tuvo que dimitir a causa del escándalo y fue enviado a Roma, sería mal recibida.
Este será sin duda un viaje especial para Benedicto XVI, durante el que cumplirá 81 años en territorio estadounidense. Habrá encuentros políticos (como la entrevista con George Bush y su presencia en la sede de las Naciones Unidas), misas multitudinarias (en el nuevo estadio de béisbol de Washington y en el emblemático diamante de los Yankees de Nueva York) y también actos simbólicos, como el recorrido por la zona cero de Nueva York y una visita a una sinagoga de Manhattan.
El Pontífice hallará un país con 67 millones de católicos y una curia que intenta superar el escándalo y competir por los fieles con los evangelistas. En un vídeo emitido esta semana en EEUU, Benedicto XVI dice en inglés: "Espero que mi presencia entre vosotros sea vista como un gesto fraternal y un símbolo de amistad a los miembros de otras tradiciones religiosas". Consciente de que es la comunidad hispana la base en la que la Iglesia católica puede sustentar su crecimiento en EEUU, el vídeo finaliza con unas frases en español en las que el Papa expresa su deseo de reunirse con los fieles en territorio estadounidense próximamente.
ANUNCIO POLÉMICO
El deseo es mutuo, a juzgar por la excitación que su visita ha generado en EEUU, que ha llevado a situaciones comprometidas como la del metro de Washington. Los responsables del transporte público han retirado de Youtube un vídeo promocional de la visita a la ciudad considerado ofensivo por varios sectores y por la archidiócesis.
El vídeo tenía la intención de promover el transporte público durante los actos masivos incluidos en la agenda del Papa, entre ellos la misa en el estadio de béisbol. La cinta muestra al Pontífice como un muñeco que viaja en el metro y compra un billete que permite hacer varios trayectos en un solo día. La archidiócesis aseguró que mucha gente no se sentía "cómoda" con el anuncio y la compañía se avino rápidamente a retirarlo.
