El papa Francisco se reunió el viernes durante una media hora con el presidente de Bolivia, Evo Morales, en una audiencia en la que no hubo tradicional intercambio de regalos y se evitó hacer referencia directa a la demanda boliviana a Chile para una salida al mar.
A un mes de la visita del papa a Chile, en el quinto encuentro entre Francisco y el presidente boliviano reinó la precaución respecto a la contienda que mantienen ambos países.
La reunión, que duró 28 minutos, fue “muy cordial” y los presentes pudieron ver a ambos mandatarios sonrientes y relajados, pero se eliminó la tradicional entrega de regalos.
El Vaticano explicó que este momento previamente se había “regulado por canales protocolarios”, “que no hay reglas fijas” y ya ocurrió con otros jefes de Estado.
En una de las anteriores audiencias en el palacio apostólico, el presidente había traído un volumen de fotografías sobre el proyecto boliviano de salida al mar.
En la última, de abril de 2016, trajo consigo algunos materiales sobre los efectos beneficiosos del consumo de la hoja de coca.
El presidente en funciones del país andino, Álvaro García Linera, había afirmado que Morales hablaría específicamente con el pontífice argentino de la petición a Chile para contar con una salida al mar y la respectiva demanda ante la Corte Internacional de Justicia.
En el comunicado del Vaticano se aludió “a la actualización del marco de los acuerdos entre la Santa Sede y Bolivia” y “además, se han mencionado algunos temas actuales de interés común”.
El mismo presidente boliviano en declaraciones a la prensa allí presente evitó pronunciarse sobre lo que hablaría con el pontífice argentino al asegurar que la agenda estaba “abierta” y que él sabía “cuáles eran los temas importantes”.
“Escuchar al hermano Papa es siempre importante. Tenemos una enorme coincidencia en el pensamiento y el sentimiento sobre la humanidad. Para mí es una alegría esta reunión y es solamente para que le pueda expresar nuevas ideas e iniciativas”, dijo Morales.
También aseguró que no venía a “quejarse de los obispos”, en un momento de tensión entre las relaciones de el Gobierno y la Iglesia boliviana.
En la nota del Vaticano se recordó “el aprecio por la contribución que la Iglesia ha dado y sigue asegurando a favor del progreso humano, social y cultural de la población del país”.
La reunión entre ambos comenzó de manera muy cordial cuando el presidente boliviano saludó a Francisco con un: “Hermano papa. Buen día”, al encontrase con Francisco en la sala del Tronetto del palacio pontificio.
Después, ya en la Biblioteca y sentados ante el escritorio, Morales comentó al papa que le veía “rejuvenecido”, a lo que Francisco, que cumplirá 81 años el 17 de diciembre, respondió: “Todos me dicen lo mismo, es el trabajo que rejuvenece”.
Como es tradicional, Francisco saludó uno a uno a los miembros de la delegación, compuesta por los ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Huanacuni, y de Justicia y Transparencia, Héctor Arce Zaconeta.
También integraban la delegación el Agente de la Causa Marítima ante el Tribunal de La Haya, Eduardo Rodríguez Veltz, y el asesor de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, Emerson Calderón.
Tras la audiencia, Morales regresó inmediatamente a su país sin hacer declaraciones y en su cuenta en Twitter escribió: “Mi hermano Papa Francisco, como siempre solidario, humano e integracionista. Sus reflexiones por los más pobres, sus oraciones por la paz y contra la injusticia, siempre son para reflexionar. La reunión con el hermano papa me da más fuerza y más compromiso con los más abandonados”.
Morales afirmó que está muy agradecido por esta reunión y aseguró: “Bolivia aún guarda recuerdos muy emotivos de su visita en julio de 2015 y su apoyo al proceso de cambio y de #MarParaBolivia”.