No se deben “imponer cosas que en la naturaleza de la Iglesia no encajan”, dijo el pontífice sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El papa Francisco ha vuelto a confirmar la línea dura de la Iglesia en temas esenciales de derechos. “El aborto es un homicidio” y quien practica un aborto es un “sicario” que “mata”, ha dicho este miércoles, a bordo del vuelo en el que regresaba a Roma desde Eslovaquia. Una intervención en la que se ha mostrado partidario de leyes civiles para defender los derechos de los homosexuales pero no del “matrimonio” en concreto, que para la Iglesia sigue siendo la unión entre un hombre y una mujer, exclusivamente.
“El aborto es más que un problema, el aborto es un homicidio. Sin medias palabras: quien realiza un aborto, mata”, afirmó el argentino. Francisco ha argumentado que los libros de embriología explican que a las tres semanas de la concepción ya están todos los órganos en su lugar, por lo que, en su opinión, ya es una vida humana que debe ser respetada. Después se ha hecho dos preguntas.
″¿Es correcto matar una vida humana para resolver un problema? (…) Segunda pregunta: ¿es correcto contratar a un sicario para resolver un problema? (…) Por eso la Iglesia es tan dura con este tema, porque si acepta esto es como aceptar el homicidio cotidiano”, concluyó.
No obstante, Francisco ha criticado la propuesta de algunos obispos estadounidenses de no dar la comunión al presidente Joe Biden por estar a favor del derecho al aborto, afirmando que se trata más de una decisión política que pastoral.
Sobre el matrimonio homosexual, lo sabido. “He hablado claro sobre esto. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se pueden”, aclaró Francisco a los periodistas a bordo del avión.
El papa subrayó también que “si (una pareja homosexual) quiere llevar un vida juntos, los Estados tienen posibilidad de civilmente apoyarles, con el tema de la salud, de la herencia…”. “Son hermanos y hermanas y les tenemos que acompañar. Pero el matrimonio es claro”, agregó.
El pontífice puso el ejemplo del Pacto Civil de Solidaridad (Pacs) que existe en Francia sobre los derechos para las parejas de homosexuales, pero “el matrimonio como sacramento es entre hombre y mujer y no se puede hacer que la Iglesia reniegue de su verdad”.
Asimismo explicó que existen muchas personas homosexuales que “se acercan al sacramento de la penitencia” y “piden consejo al sacerdote” y “la iglesia los ayuda a ir adelante”, pero, recalcó, “el sacramento es el sacramento”.
El papa ya había expresado este concepto en un documental reciente, pero, sin embargo, poco después el Vaticano publicó una nota aclaratoria para recordar que la Iglesia católica “no puede impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo”, después de que en algunos ambientes eclesiásticos hayan surgido dudas sobre este tema.
“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, escribía en ese documento la Congregación para la Doctrina de la Fe.