Cumbre Cuba-Vaticano. Joseph Aloisius Ratzinger cerró las cuentas de un negocio que acabó siendo fifty-fifty entre la curia y la dirigencia cubana.
El Papa cerró una breve gira latinoamericana, tal vez la última salida al exterior, con su tránsito por Cuba. Donde el interés del Vaticano por el creciente protagonismo de la Iglesia Católica en la Isla, tiene un valor estratégico, político y diplomático preciosos.
Benedicto XVI hizo todos los deberes y su contraparte, Raúl Castro, cumplió con la cordialidad, infraestructura y movilización social que este tipo de visita requiere. Los miles que asistieron a las misas en Santiago de Cuba y La Habana fueron en gran parte militantes del partido orientados a ir, junto a curiosos de todo tipo que se sumaron a los pocos practicantes del catolicismo que podían contarse con facilidad entre la muchedumbre, porque eran los únicos que saben comportarse en el oficio religioso y conocen los textos del Evangelio que bajaban del altar.
De casi enemigos irreconciliables a socios en la encrucijada de hallar una salida a la grave situación sociopolítica que atraviesa Cuba, con las reformas económicas que buscan resarcir los errores de los últimos 50 años y sin el traumático resultado final de otras experiencias socialistas en el mundo, la revolución cubana y la Iglesia Católica se sientan como pares a la mesa del poder. Esto ha descolocado a la disidencia interna y al anticastrismo de Miami, que apostaban al derrumbe total del sistema tras las visitas papales. Primero, con Juan Pablo II por su influencia sobre el fin del comunismo polaco, pero su paso por la nación caribeña en 1998 fortaleció más los lazos ecuménicos con Fidel Castro y ahora Joseph Aloisius Ratzinger viene a cerrar las cuentas de un negocio que acabó siendo fifty-fifty entre la curia y la dirigencia cubana. El encuentro con Fidel por espacio de media hora y ni un minuto para las Damas de Blanco u otra organización opositora, es otro gesto que marca las diferencias de intereses.
En este análisis han coincidido incluso desde sectores diametralmente opuestos a los Castro. La revista digital Foreign Policy, editada por Fride (un think tank de la derecha europea), publicó previo al arribo del Papa que el mismo “contribuye a la agenda del Gobierno cubano en tres niveles: consolida el diálogo institucional entre la Administración de Raúl Castro y la Iglesia Católica, creando incentivos para que esta última participe de forma ordenada en la renovación del sistema vigente; contribuye a crear un ambiente internacional favorable a los proyectos de apertura y reforma, aún sin abandonar el régimen unipartidista, y refuerza la imagen de un país en transición frente a la cual se elevan los costos de la rígida posición estadounidense de aislamiento contra Cuba”. Enrique López Oliva, profesor de Religión en la Universidad de La Habana, sostuvo ante una consulta del portal BBC Mundo que Benedicto llegó “en primer lugar, para darle un espaldarazo a la política del cardenal Jaime Ortega”, quien no sólo logró la liberación de disidentes presos, sino que además consiguió la autorización gubernamental para construir el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, convirtiéndose en el primer edificio religioso que se construye desde 1959 y el que “se ha convertido en el centro de diálogo Félix Varela de la Cultura, donde se reúnen para debatir problemas nacionales figuras de la revolución, voces de la iglesia e inclusive algunos opositores”, señala también López Oliva sobre el centro de formación de futuros sacerdotes. En su último discurso antes de abordar el avión de Alitalia de regreso, Su Santidad pidió espacio para la educación confesional y mayor presencia religiosa en la prensa nacional. Dos cuestiones difíciles de lograr, no obstante el arzobispado cuenta con las dos única publicaciones sin injerencia oficial ni del Partido Comunista (PCC): Espacio Laical y Palabra Nueva. En cuanto a la enseñanza, cuya gratuidad y universalidad es uno de los pilares de la revolución, parece distante el tiempo en que logren convivir el rezo del padrenuestro y el matutino Pioneros por el comunismo, seremos como el Che en el mismo patio. Por ahora, al Arzobispado promueve cursos de capacitación contratando profesores cubanos para impartir asignaturas, previa capacitación en México, como Marketing, Contabilidad, Obligaciones fiscales y Organización de Empresas, a quienes les pagan menos de 20 dólares mensuales. Una actividad formativa impensada hace algunos pocos años, vedada a cualquier entidad no estatal y que hoy el aumento del trabajo por cuenta propia convirtió en necesidad.
El clima cubano que es tan caprichoso (hasta fue considerado como uno de los generales mambises que más se opuso al colonialismo español), recibió con lluvia y despidió con lluvia al sucesor de Pedro y de Borgia. La santería cree que fue el mal humor de sus divinidades por el ninguneo eclesiástico a sus representantes. La diferencia entre quienes practican algún culto de raíz africana, traídos con los esclavos, y quienes adscriben al catolicismo es de 8 a 1. “La santería es con todas las de la ley una religión. Una de las varias que existen aquí pero con una particularidad distintiva, es la única cubana”, afirmó a la agencia AP la etnóloga María Ileana Faguaga Iglesias. “En Cuba… mientras se niegue la existencia de la (afro) religión se está negando nuestro patrimonio nacional”, se ofusca Lázaro Cuesta, uno de los más prestigiosos “babalawos”.