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El papa censura las ´teologías de la revolución´ de los años 60

Benedicto XVI cree que se consideró a Jesús un revolucionario “para legitimar la violencia como medio”

Benedicto XVI critica en su nuevo libro las "teologías de la revolución" de los años 60 y denuncia que consideraban a Jesús un revolucionario por echar a los mercaderes del templo, "para tratar de legitimar la violencia como medio para establecer un mundo mejor".

Así lo señala el pontífice en la segunda parte de su libro "Jesús de Nazaret", que va desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, presentado hoy por el Vaticano y en el que condena sin paliativos la violencia religiosa.

El obispo de Roma escribe que, según algunas tesis "que en los años sesenta suscitaron una oleada de teologías políticas y teologías de la revolución", habría que incluir a Jesús en la línea de los zelotes, el movimiento que defendía el derecho y la libertad de Israel mediante la violencia en el siglo I.

El papa añade que, "como prueba central" de esa teoría de que Cristo era un revolucionario, se aducía la purificación del templo de Jerusalén, "que habría sido evidentemente un acto de violencia, pero que sin violencia ni siquiera habría podido ocurrir".

Agrega que la crucifixión de Jesús por los romanos bajo la acusación de "rey de los judíos" demostraría "plenamente, para esas tesis, que Él había sido un revolucionario, un zelote, y como tal había sido ajusticiado".

"Con el tiempo se ha calmado la oleada de las teologías de la revolución, que basándose en un Jesús interpretado como un zelote trataron de legitimar la violencia como medio para establecer un mundo mejor", subraya Benedicto XVI en el libro.

Destaca que Jesús no fue un revolucionario porque no hizo tambalear los cimientos del sistema romano y afirma que la "insurrección violenta, el matar a otros en nombre de Dios, no se corresponde con su modo de ser".

"Jesús no viene como destructor, no viene con la espada del revolucionario, viene con el don de la curación, muestra a Dios como aquel que ama y a su poder como la fuerza del amor", asegura.

Preguntado el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y encargado de presentar hoy el libro, si esas frases eran una nueva "condena" del papa a la teología de la liberación, que persiguió en su época de cardenal prefecto del ex Santo Oficio, el purpurado se limitó a señalar que el pontífice "no condena nada".

En ese apartado del libro Benedicto XVI sí condena la violencia religiosa y afirma: "los terribles resultados de una violencia motivada religiosamente están a la vista de todos nosotros de manera más que sobradamente rotunda".

"La violencia no instaura el Reino de Dios, el reino del humanismo. Por el contrario, es un instrumento preferido por el anticristo por más que invoque motivos religiosos e idealistas. No sirve a la humanidad, sino a la inhumanidad", precisa.
 

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