El rotativo del Grupo Prisa señaló que los católicos españoles, incluidos los practicantes, no manifiestan “un especial entusiasmo” por marcar la casilla de la declaración de la renta destinada a sustentar económicamente a la Iglesia con su 0,5239 del IRPF. De hecho, el número de contribuyentes que lo hace “desciende de año en año”. Por este motivo, el Estado aporta vía Presupuestos unos 30 millones de euros extra a la institución religiosa.
Otros ingresos
“Nada se sabe de sus ingresos a través de sus colectas en las iglesias o de las aportaciones más o menos voluntarias de sus fieles por servicios como bodas, bautizos y entierros”, añadió El País para invitar a que estos ingresos cuenten en la mesa de negociación con el Gobierno.
La misión de la Iglesia
Con todo, El País criticó que la Iglesia pretenda que sus problemas de financiación sean resueltos por el Estado. Según el editorial, la jerarquía eclesiástica tiene que “combatir el desistimiento de sus fieles, mejorar sus sistemas de gestión y, en definitiva, establecer un nivel de gastos acorde con sus ingresos”.