Cita en estas páginas José A. Luque a Los alcaldes beatos que compiten, en la carrera clerical, por amparar bajo el manto-palio de sus vírgenes o cristos los despropósitos de su – al menos en este aspecto- irracional gestión. Claro que todo tiene su explicación, si miramos bien este escrito y las demás noticias de estos días.
Para empezar, tengamos muy en cuenta el ejemplo y apoyo en tales fervores de don Jorge Fernánde Diaz, destacado miembro de Opus Dei. y a la sazón ministro del interior. Ello le atribuye la responsabilidad del monopolio de la violencia del estado para el mantenimiento del orden público y de las libertades ciudadanas, cumpliendo y haciendo cumplir las leyes. Parece que la interpretación de la ley no es el fuerte de nuestro ínclito ministro, de quien ya se dijera desde el principio que no era la persona idónea para el cargo. Pero eso no es nuevo en el partido gobernante ni en el propio ministerio, donde don Juan Cotino, el ahora también célebre opusino, fuera director general de la policía. No es cuestión de extendernos en asuntos como: la anacrónica y dudosa defensa jurídica para la medalla policial a la virgen, la devolución en caliente de los inmigrantes, los muertos en la frontera de las concertinas, los reparos varios hechos desde diversas instancias a sus propuestas legales (ley mordaza entre ellas), por no acabar con los excesos administrativos y policiales.
Como vemos, la cuestión va bastante más allá de recuperar los hábitos franquistas. Las noticias nos hablan de homenajear y favorecer al fundador de la Obra en Jerez o en Madrid. Podemos ver como tanto en la judicatura o en los órganos de la política educativa andaluza se repite una función ya vista. Sí, hemos de hablar de la invalidación reiterada por el Tribunal Supremo de la Sentencia de una Sala del Tribunal Superior de Andalucía que de manera terca ¿y prevaricadora?volvía a defender las segregación del alumnado por razón de sexo en algunos centros concertados andaluces. Lamentablemente esto se repite y el Consejero de turno vuelve a decir que no, pero no aplica directamente lo que le ha repetido el Supremo y da las órdenes para que se retiren las indebidas subvenciones a los centros adoctrinadores con la segregación.
Aquí es donde me viene a la memoria otra noticia que se entremezcla con la del Consejero de Educación, la de El brindis al sol en diario de Sevilla. El autor, Carlos Colón, glosa con acierto la declaración del Sr. Sánchez sobre el cese del Concordato para ganar los aplausos de sus conmilitones del PSOE en su reciente congreso. ¿Seré mal pensado, como el Sr. Colón, al relacionar las palabras de don Luciano con las de su nuevo líder? Sinceramente creo que no y trataré de explicarme. Como bien se ha dicho lo del Concordato es un viejo mantra que el PSOE usa una y otra vez con desparpajo cuando está en la oposición, luego en el gobierno mejora los privilegios. En lo referido a otras relaciones con la iglesia católica también hay precedentes de la Junta de Andalucía. Como se ha dicho la sentencia del Supremo es repetida y llegó a la Consejera anterior para hacerla cumplir y no fue así. Se nos puede decir que don Luciano es nuevo en este asunto, lo que es parcialmente verdad. Pues podemos recordar que en su anterior Consejería hubo de dilucidarse el uso público y cultural de los bienes eclesiásticos restaurados por el erario público. Tras un proceso de consultas o pasteleo, se concluyó en casi lo que las diócesis concedieron. Y ello sin hablar de la Mezquita-Catedral.
Comentábamos arriba las dudas sobre la cualificación y voluntad del Sr. Fernández para desempañar el ministerio del interior. Claro que eso habría que valorarlo en el contexto de la racionalidad que se dice preconizar. Pero me temo que no es ésa la lógica del gobierno central, y por lo apuntado, ni de la oposición. Todo paece cuestión de poder: económico y religioso-idelógico. Además del proceso privatizador-mercantilista, hay que atender las demandas del Opus como sector dominante en la Iglesia. Para todo ello se cuenta con la moral acomodaticia de muchas personas sigilosamente aupadas a cargos en entidades estratégicas del sistema político, judicial y administrativo, además de, por supuesto en el económico mediático. Tal vez por eso, los seguidores de San Escrivá han llegado al convencimiento de que el control de este estamento (Mº Interior), además de la santificación Karol Wojtiyla, beneficia a la Obra y aclara algunas dudas al personal tibio en creencias, y ofrece la información que para sí quisiera el Gran Hermano.
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