“El sacerdote Ignacio Mora Vilaltella está habilitado plenamente para el ejercicio del ministerio sacerdotal, del que ha dado claras muestras en la parroquia de Villanueva del Duque con gran aprecio de los fieles que le conocen de cerca”. De esta manera, el Obispado de Córdoba sale al paso de la polémica generada por el traslado del presbítero a la parroquia de Espiel. Este sacerdote fue arrestado en el mes de abril en Villanueva del Duque por presuntos abusos sexuales. El Juzgado de Pozoblanco dictó una orden de alejamiento del párroco de la supuesta víctima.
“Si ha habido una acusación, cabe esperar a que la justicia se pronuncie, pues puede resultar totalmente inocente”, ha afirmado la Diócesis, a través de una nota de prensa. “Desde el Obispado de Córdoba hemos actuado siguiendo las pautas que nos ha dado la Santa Sede para el caso, una vez que lo ha conocido a fondo. Por tanto, no se ha actuado imprudentemente, sino con todas las cautelas que marcan los protocolos para estos casos“, afirman.
Igualmente, al confiarle una nueva parroquia con nombramiento del obispo, Demetrio Fernández, “lo hemos hecho no para desviar la atención, sino en cumplimiento estricto de lo señalado por la Sede Apostólica”, señala la Diócesis en la nota. “Pedimos a los fieles de Espiel que reciban a este sacerdote trabajador apostólico con buena actitud, pues tiene el respaldo de su Obispo y en definitiva de la suprema autoridad de la Iglesia”, concluyen.
Ignacio Mora Vilaltella, el sacerdote detenido el pasado mes de abril en Villanueva del Duque y apartado de la parroquia de este municipio, se ha incorporado como párroco a la iglesia de San Sebastián de Espiel, según informó el pasado 17 de agosto la Diócesis de Córdoba. Mora Vilaltella fue arrestado por la Guardia Civil, por un supuesto delito de abusos sexuales. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pozoblanco dictó una orden de alejamiento del párroco hacia su supuesta víctima, en Villanueva del Duque. Cuando se conoció la noticia de la detención del párroco, el propio Obispado tomó la decisión de apartarlo de la iglesia de Villanueva del Duque.
El presbítero se despidió el pasado mes de julio de sus fieles en Villanueva del Duque con una misa de acción de gracias, oficiada en los últimos días del mes pasado. Poco después, también acudió a dar el relevo al frente de la parroquia a su sustituto, nombrado también por la Diócesis de Córdoba.
El sacerdote ya estuvo en la cárcel condenado por atentado. En concreto, fue arrestado por la Policía Nacional en una operación contra el grupo ultraderechista “Milicia Catalana” que en 1989 atentó sin éxito contra el gobernador civil de Barcelona al que remitieron un paquete bomba que, finalmente, fue desactivado por los Tedax. El sacerdote, que por aquel entonces tenía 21 años, participó en el envío del paquete, de un peso aproximado de 1 o 1,5 kilos, que contenía de 200 a 400 gramos de cloratita y provisto de un mecanismo detonador eléctrico, que se activaría a la apertura del paquete contra la Delegación de Gobierno en Cataluña, según consta en la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona y ratificada por el Tribunal Supremo, a la que ha tenido acceso este periódico.
Después de su detención, el Obispado de Córdoba emitió una nota de prensa muy contundente en la que mostraba su “tolerancia cero” con los delitos de abusos sexuales. “La Iglesia tiene mucho interés en defender, proteger y salvaguardar todos los derechos de los menores y establece el criterio de tolerancia cero para los casos de abusos”, aseguró entonces la Diócesis de Córdoba en un comunicado. “Desde el momento en que las autoridades nos han notificado la detención de este sacerdote, el Obispado ha manifestado a los órganos competentes su voluntad de leal colaboración para que resplandezca la verdad de los hechos”, agregaron. “Rechazamos toda conducta delictiva en éste y en todos los campos, y estamos de parte de las víctimas”, aseguraron.