La rehabilitación se hizo íntegramente con recursos municipales para el Museo de Arte Sacro inaugurado en 2007 y que lleva cerrado desde 2010
COMENTARIO: El colmo de la financiación a la iglesia católica. El Ayuntamiento de Málaga se gasta más de un millón de euros en restaurar el convento del Císter, y cuando se queda sin monjas, pide un informe al obispado, y en vez de tener respuesta, se encuentra que el obispo se lo ha apropiado por el sistema de la inmatriculación. Todo un ejemplo de los intereses económicos de la ejemplar iglesia, y del confesionalismo de nuestras Administraciones Públicas, que lo permiten.
Coincidiendo con el debate abierto por la exención del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del que goza la Iglesia Católica en España, EL OBSERVADOR informa hoy sobre lo ocurrido con el antiguo convento del Císter, en el que el Ayuntamiento de Málaga invirtió 1.145.000 euros en 2007 para abrir un Museo de Arte Sacro, que lleva cerrado desde 2010 y que el Obispado de Málaga “ha procedido a inscribir exclusivamente a su nombre”. EL marqués de Iznate, Antonio Campo Garín, donó en 1878 a las monjas del Cister los suelos donde se levantó un convento situado en pleno casco histórico de Málaga, en la calle Cister, que tomó el nombre de esta orden religiosa.
EN 2007 a través de la empresa municipal Promálaga, el Ayuntamiento invierte 1.145.000 euros en reconstruir y ampliar esta abadía para ubicar en su interior el Museo de Arte Sacro. Las obras ejecutadas por la constructora Volconsa recuperan el coro bajo y alto, el obrador, el claustro y otras zonas de las plantas baja y primera. También se actúa en las escaleras de todas las plantas, en la cubierta y en las fachadas. El propósito es ampliar la red de espacios expositivos centrados en el arte religioso como parte de una estrategia turística en una ciudad con una reconocida tradición cofrade.
EN 2009 las últimas monjas que habitaban el inmueble dejan la abadía.
EN 2010 el Museo de Arte Sacro cierra por los escasísimos ingresos que generaba. Su periplo había sido corto y decepcionante. No existía una plantilla especializada en la gestión de espacios museísticos, ni un proyecto definido. El Consistorio tampoco se preocupó de dar a conocer el contenido de aquello en lo que había invertido, los horarios de apertura al público eran escasísimos y se incumplían…el museo era un gran desconocido en la ciudad.
EN 2011 el Consistorio de Málaga inicia los trámites para adquirir a la orden del Cister el edificio en el que había invertido más de un millón de euros. Según consta en una respuesta a una pregunta presentada por el grupo municipal de Izquierda Unida, el Ayuntamiento solicitó al Obispado de Málaga su autorización para adquirir a la citada orden religiosa la parte del edificio destinada a espacio museístico. Sin embargo, el Obispado “no remitió respuesta, si bien consta que ha procedido a inscribir exclusivamente a su nombre el antiguo convento”. Por lo que ha fecha de hoy, la administración local no puede recuperar la inversión realizada, y está a expensas de lo que el Obispado y la orden del Cister acuerden.
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