El obispo Reig Pla asegura que «Lo sabe todo el mundo. Esto de la religión es un cuentito para que la peña viva sin rallarse»
Huracán de honestidad en la Casa del Señor. El obispado de Alcalá ha publicado un comunicado en su página web para desmentir una obviedad: La noticia según la cual el párroco Reig Pla habría recomendado «practicar el sexo anal como medida de prevención del aborto» es falsa. El obispado rechaza así la sodomía como método anticonceptivo. Considera que es algo que hay que realizar por puro placer.
La Iglesia ha decido aprovechar esta ignominiosa polémica para sincerarse con sus fieles. En el marco de la inauguración del madrileño Jardín de la Infancia '50 sombras de Jesús', su portavoz, de nuevo Monseñor Pla, ha negado otras obvias falacias que pesaban sobre la institución. La que ha levantado más polvareda ha sido la siguiente: «Dios no existe, es un invento nuestro para ahorrarnos el IRPF y el IBI.»
La sinceridad del obispo Reig Pla ha incendiado la comunidad católica. Lejos de intimidarse, el párroco ha seguido adelante con su cruzada personal: «La vida después de la muerte es una invención. Una patraña bienintencionada urdida para que la gente siga adelante con su miserable vida sin pensar en los errores cometidos, a la espera de una segunda oportunidad. Si existiera vida después de la muerte, no se la llamaría “vida”. Se la llamaría “videojuego”».
En la misma línea, Moseñor ha querido calmar los ánimos de los fieles buscando el lado positivo del asunto: «Hay dos noticias, una buena y una mala. La mala es que el Cielo no existe. La buena es que el Infierno, tampoco. Eso significa que no vamos a arder en el fuego eterno por haber estado haciendo el amor con niños».
Ésta es la primera concesión que la Iglesia hace desde las afirmaciones del arzobispo de Tutxa Gutiérrez (México). En una entrevista concedida al portal www.noticiasnet.mx, el mejicano Fabio Martínez Castilla admitió que, si el Pan de Eucaristía contenía el cuerpo de Cristo, «era probable que a algún feligrés le hubiera tocado la parte del pene». Desde ese día, en el Sur de México se instauró la tradición de comulgar con el popular “Panecito de las Pinches Partes”. Se trata de un simpático pan de hostia que, en lugar del aspecto circular habitual, se presenta con divertidas formas de órgano reproductor masculino. «Recuerden: ¡prohibidito morder!» – advierte el párroco haciendo estallar las risas de los asistentes.
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