Auza admite » deficiencias en la Iglesia para gestionar y tratar casos de abusos»
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Muchas veces el Santo Padre expresa su vergüenza y gran dolor, no sólo por cada caso de abuso – porque cada caso es ya una gran tragedia – sino también por unas deficiencias en la Iglesia para gestionar y tratar casos de abusos en el pasado con la debida urgencia y aplicación escrupulosa de las normas en la materia
Esta Conferencia Episcopal y la Conferencia Española de Religiosos han valorado el Informe del Defensor del Pueblo, de manera especial su acertada decisión de situar a las víctimas en el centro del Informe y en el corazón de sus recomendaciones. Los Obispos y los Religiosos han considerado “valiosas” las recomendaciones propuestas en el Informe, constatando también que, en buena medida, son convergentes con otras propuestas trabajadas en el seno a la Iglesia ya desde hace tiempo y en el presente
Agradecemos al Defensor del Pueblo y a su equipo de expertos por su trabajo, y expresamos nuestro compromiso de que las recomendaciones serán examinadas con más profundidad, en colaboración con todas las instituciones y todas las personas de buena voluntad
Agradezco al señor Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Española su invitación a participar en esta sesión inaugural de la ciento veintitrés Asamblea Plenaria del episcopado español. Aprovecho la especial circunstancia, tan representativa de la comunión eclesial, para enviar a todos ustedes, a las Iglesias que presiden en la caridad y a todos los presentes, el saludo y la bendición del Santo Padre, a quien tengo el honor de representar en España. Con mis palabras deseo alentarles en los trabajos que ahora empiezan, para abordar los puntos propuestos en el programa.
- En el fondo del mensaje del Sr. Cardenal Presidente, fácilmente se colige la constante preocupación por la evangelización. A ella no es ajena la ayuda y protección de la dignidad de la persona humana que será puesta a la atención de todos ustedes en un nuevo documento. Sin duda, el proyecto presentado por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Protección Humana, se sumará al ya rico magisterio de este episcopado. Desde su establecimiento, esta Conferencia ha puesto al respecto su atención en los aspectos permanentes que ahora, a la luz del magisterio del Papa Francisco, cobran nueva frescura y muy cercana sensibilidad para proteger la dignidad de cada persona humana.
Identificado el núcleo de la dignidad de la persona creada a imagen y semejanza de Dios, es tarea permanente poner atención a los variables aspectos de la vida de las personas, por lo que debe concienciarse a la sociedad a fin de implicar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad en la identificación de cuanto perjudica y no ayuda a su desarrollo, a la vez que adoptar opciones que de modo positivo contribuyan verdaderamente a avanzar.
- Pero está claro que esta dignidad necesita siempre de protección en los extremos de mayor debilidad, y suscita preocupación en las cifras que nos ofrecen las estadísticas, en particular, sobre el aumento de la interrupción voluntaria del embarazo en España (IVE) en un 9,01% durante 2022, respecto al año anterior. Un total de 98.316.[1] Así como también la estadística que Cáritas ofrece de la sociología de la pobreza[2]. Un balance que descubre que una de cada cuatro personas en España está en situación de exclusión, unos 11 millones de personas, y que una de cada tres personas en España no tiene ingresos suficientes para vivir dignamente.
- Por otra parte, la entrada masiva de inmigrantes sigue siendo uno de los motivos de preocupación de la sociedad española. La Iglesia no permanece ajena a este problema y, junto a las acciones de acogida y protección, en cuanto puede, une las de información y de inserción que, particularmente ejerce con esmero a través de las Cáritas y de otras instituciones diocesanas y de carácter nacional, anhelando, entre otras metas, como hemos escuchado, la regularización de las personas migrantes. Me permito citar la carta que el Santo Padre dirigió hace unos días al Señor Obispo de Islas Canarias sobre la difícil situación migratoria que las islas están atravesando. El Sumo Pontífice escribía: “En primer lugar, agradezco los grandes esfuerzos que se están realizando para intentar dar respuesta a esa situación de emergencia… ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren!” Creo que estas palabras de aliento y de cercanía del Papa a la Iglesia y al Pueblo en las Islas Canarias son valiosas también para todos.
Es cierto que acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas necesitados se podría considerar puramente un acto humanitario, pero para los que creen, actúan y viven en el amor de Dios, es un acto a la vez humanitario y divino, humano y espiritual, así como un acto de amor hacia el próximo y hacia Dios, porque, el Señor dice solemnemente: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis, y “cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo» (Mat. 25: 40, 45).
Confío pues en que esta, y las otras propuestas que terminamos de oír en el discurso inaugural del Sr. Cardenal Presidente, puedan ser acogidas por las Autoridades pertinentes y surjan de aquí unas orientaciones que respondan a la protección de la dignidad de la persona humana en este y en todos los contextos.
- Mi atención va también a las propuestas de la declaración de San John Henry Newman y Santa Teresa Benedicta de la Cruz como Doctores de la Iglesia. Ambos Santos ayudan al hombre de hoy en el centro neurálgico de sus vacilaciones y vicisitudes personales.
La profundidad de la figura de Santa Teresa Benedicta de la Cruz tiene raíces también españolas. Para su conversión fue providencial su lectura del libro de La Vida de Santa Teresa de Jesús. Afirmaba Edith Stein después de la lectura: “Cuando cerré ellibro, me dije: esta es laverdad”. En las huellas y en la tradición de los grandes teólogos y maestros espirituales, Santa Teresa Benedicta nos enseña el diálogo constructivo entre la fe y las aportaciones de la filosofía y de las ciencias, así como el desarrollo de una auténtica experiencia mística. San Juan Pablo II la cita en este sentido en su encíclica Fides et Ratio (nº 74) y la da especial valor ante el significado del sufrimiento y de la Cruz (cf. Homilía del 11 de octubre de 1998).
- John Henry Newman es un maestro eximio de la educación de la conciencia. Pocos autores han hablado tanto de la conciencia. Y aquí quisiera referirme al tema de la educación, uno de los más importantes de esta Asamblea Plenaria, en particular por su relación con la educación moral y de la conciencia.
Siendo todavía cardenal, el Papa Benedicto XVI destacó de que manera Newman explica “la existencia del hombre a partir de la conciencia, es decir, en la relación entre Dios y el alma… este personalismo no representa ninguna concesión al individualismo… la libertad de conciencia… no se identifica, de hecho, con el derecho de “dispensarse de la conciencia, de ignorar al Legislador y Juez, y de ser independientes de los deberes invisibles.”[3]
En la Encíclica Veritatis Splendor, el Papa San Juan Pablo II, “recordando aquellos elementos de la enseñanza moral de la Iglesia que hoy parecen particularmente expuestos al error, a la ambigüedad o al olvido”, entre las cuestiones fundamentales que plantea a los obispos, está esta: ¿cuál es el papel de la conciencia en la formación de la concepción moral del hombre? (cfr. Veritatis splendor, in particular nn. 28-34).
No se pone en duda la libertad de conciencia, pero hay que estar también atento al peligro de atribuir a la conciencia individual las prerrogativas de una instancia suprema del juicio moral, que conduce a la crisis en torno a la verdad, porque no queda lejos del presupuesto de que se debe seguir la propia conciencia el peligro de conceder a la conciencia del individuo el poder de fijar, de modo autónomo y sin relación a la verdad, los criterios del bien y del mal. Y de este modo afirmamos que no existe moral sin libertad: «El hombre puede convertirse al bien sólo en la libertad» (Gaudium et spes, n. 17).
Es en este preciso contexto, quiero citar las palabras de John Henry Newman, que el Papa San Juan Pablo II cita en la Encíclica Veritatis splendor, en donde afirma que “el cardenal J. H. Newman, gran defensor de los derechos de la conciencia, afirmaba con decisión: «La conciencia tiene unos derechos porque tiene unos deberes» (A Letter Addressed to His Grace the Duke of Norfolk: Certain Dificulties Felt by Anglicans in Catholic Teaching (Uniform Edition: Longman, Grenn and Company, London, 1868-1881), vol. 2, p. 250). Existe la dependencia de la libertad y de conciencia con respecto a la verdad, por eso junto con el derecho de libertad de conciencia, existe la correspondiente obligación de “conocer la verdad”, la verdad que nos “hará libres” (Jn 8, 32).
- Y el deber de la Iglesia de orientar la conciencia hacia la verdad se llama educación. Es también en este contexto donde reside la importancia del tema de la educación. Confiamos que la educación que nuestros colegios imparten sea una ayuda en la formación de los niños y jóvenes en la búsqueda de la verdad que hace recta su libertad y su conciencia. Tenemos la grave responsabilidad cuidar la educación en la fe de nuestros niños y jóvenes, y todos nuestros fieles, para que, con recta consciencia, abracen y transmitan la fe con fidelidad, inteligencia y alegría.
Noto también que el tema de la educación va a ser tratado en esta Asamblea, en la perspectiva del desarrollo del Congreso “La Iglesia en la Educación” que tendrá lugar el próximo mes de febrero de 2024. Expreso mis mejores votos por el fin propuesto de renovar la presencia y el compromiso de la Iglesia en la educación de niños y jóvenes, ya que es una de sus prioridades. La Iglesia ofrece este servicio a través de los colegios de los que son titulares las diócesis, institutos de vida consagrada y, en número menor pero creciente, colegios de fundaciones y asociaciones de seglares católicos. Estas escuelas están a disposición de los padres católicos y de todos aquellos que lo deseen, para que puedan educar a sus hijos conforme a sus convicciones. La escuela católica, por tanto, sigue hoy prestando un servicio inestimable, no sólo a la Iglesia, sino también a la sociedad. Quiero expresar mi agradecimiento a los profesionales que desarrollan su tarea en estos colegios, ya que ellos merecen el reconocimiento de la Iglesia y de sus pastores.
- En este sentido, subrayo también en el programa a desarrollar la presentación del encuentro nacional de laicos sobre el primer anuncio y la puesta en marcha del proyecto marco de pastoral de la juventud – todo conducido a la participación y responsabilidad del laico en la tarea evangelizadora – y, no digamos, la necesidad en el fomento de las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada. Recordamos de nuevo que el pueblo cristiano sin la Eucaristía no puede vivir.
- No podemos y no tenemos jamás que bajar la guardia en la lucha contra el enorme mal y crimen que suponen los abusos sexuales y todos los tipos de abusos en todos los ambientes, en particular en el ambiente de la Iglesia. Esta atención constante para prevenir casos de abusos se conjuga con el profundo dolor por el daño causado por algunos miembros de la Iglesia con los abusos sexuales y con la petición más sincera de perdón a las víctimas. Hoy mismo, la Iglesia en España, desde hace algunos años, dedica este día de la Jornada Universal de la Infancia a la oración y la penitencia por las víctimas de abusos sexuales. Muchas veces el Santo Padre expresa su vergüenza y gran dolor, no sólo por cada caso de abuso – porque cada caso es ya una gran tragedia – sino también por unas deficiencias en la Iglesia para gestionar y tratar casos de abusos en el pasado con la debida urgencia y aplicación escrupulosa de las normas en la materia.
Esta Conferencia Episcopal y la Conferencia Española de Religiosos han valorado el Informe del Defensor del Pueblo, de manera especial su acertada decisión de situar a las víctimas en el centro del Informe y en el corazón de sus recomendaciones. Los Obispos y los Religiosos han considerado “valiosas” las recomendaciones propuestas en el Informe, constatando también que, en buena medida, son convergentes con otras propuestas trabajadas en el seno a la Iglesia ya desde hace tiempo y en el presente. Agradecemos al Defensor del Pueblo y a su equipo de expertos por su trabajo, y expresamos nuestro compromiso de que las recomendaciones serán examinadas con más profundidad, en colaboración con todas las instituciones y todas las personas de buena voluntad.
- Agradezco el empeño permanente de esta Conferencia Episcopal que, acompañando al pueblo español en una Transición democrática alabada y admirada por el concierto de las naciones, se empeña permanentemente por asegurar su contribución a mantener la bienquerencia, la concordia y la convivencia en paz, en servicio de todos los españoles. Confío que ustedes y sus colaboradores sabrán acompañar cada situación con sabiduría, prudencia y solicitud.
- Termino mis palabras de saludo a esta Asamblea agradeciendo a esta Conferencia Episcopal y a toda la Iglesia que peregrina en España su sensibilidad y acción en atención a la paz y a la ayuda a los países que sufren la guerra, señal de un corazón abierto a los sufrimientos y dificultades de los demás pueblos que padecen esta fuerte lacra y necesitan de atención y solidaridad. Nuestras oraciones, en particular, por las victimas de la violencia en Israel y Palestina, y en la vecina Ucrania. Que no cesen nuestras iniciativas concretas y oraciones fervientes por la paz, y en favor de los pueblos víctimas de conflictos violentos en muchas partes del mundo.
Que la Santísima Virgen María, Madre Inmaculada, les bendiga. A Ella encomiendo los trabajos y el fruto de esta Asamblea.
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[1] https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Paginas/2023/280923-interrupcion-voluntaria-embarazo.aspx [2] https://www.caritas.es/noticias/dia-de-caridad-2023-tienes-mucho-que-ver-caritas-invita-a-tomar-conciencia-de-la-realidad-de-pobreza-y-a-actuar/ [3] “Tuttavia proprio perché Newman spiegava l’esistenza dell’uomo a partire dalla coscienza, ossia nella relazione tra Dio e l’anima, era anche chiaro che questo personalismo non rappresentava nessun cedimento all’individualismo, e che il legame alla coscienza non significava nessuna concessione all’arbitrarietà – anzi che si trattava proprio del contrario. Da Newman abbiamo imparato a comprendere il primato del Papa: la libertà di coscienza – così ci insegnava Newman con la Lettera al Duca di Norfolk – non si identifica affatto col diritto di «dispensarsi dalla coscienza, di ignorare il Legislatore e il Giudice, e di essere indipendenti da doveri invisibili». In tal modo la coscienza, nel suo significato autentico, è il vero fondamento dell’autorità del Papa. Infatti la sua forza viene dalla Rivelazione, che completa la coscienza naturale illuminata in modo solo incompleto, e «la sua raison d’être è quella di essere il campione della legge morale e della coscienza». Questa dottrina sulla coscienza è diventata per me sempre piùimportante nello sviluppo successivo della Chiesa e del mondo” (Discurso del cardenal Joseph Ratzinger con ocasión del centenario de la muerte de Newman, 28/04/1990). https://www.vatican.va/roman_curia/ congregations/cfaith/documents/ rc_con_cfaith_doc_19900428_ratzinger-newman_it.html