La Prelatura no dio de alta a una parte de sus sacerdotes hasta 2007 Un portavoz de la Obra afirma que antes no existía el cauce jurídico para hacerlo
Antonio Esquivias es ingeniero agrónomo, doctor en Derecho y habla cinco idiomas. Lleva cuatro décadas trabajando, pero el informe de su vida laboral sólo refleja los últimos 12 años. En julio inició una campaña en la plataforma de Internet change.org para reclamar "una pensión y una indemnización" al Opus Dei por los 27 años que le dedicó a tiempo completo, como seglar y luego como sacerdote, con puestos de responsabilidad en España y en Roma.
A su salida en 2001 debido a discrepancias sobre la dirección espiritual, y tras solicitar la dispensa del sacerdocio, Esquivias descubrió que la Obra nunca había cotizado por él a la Seguridad Social. "Me encontré con una mano delante y otra detrás, no tenía dinero y no podía acreditar mi currículum profesional", asegura. Tras pedir sin éxito una compensación por todos esos años, Antonio recoge firmas contra "la injusticia, la indefensión y la incertidumbre".
Manuel Garrido, portavoz del Opus Dei en España, ofrece una versión diferente. "Él dejó libremente la Prelatura del Opus Dei para reorientar, voluntariamente, de forma distinta su vida". Según su testimonio, "durante tres años recibió una transferencia mensual para ayudarle en su nueva etapa".
El portavoz del Opus Dei señala que "ha garantizado de palabra y por escrito el compromiso de compensar a Antonio Esquivias la posible merma de su jubilación por el tiempo en el que siendo sacerdote no pudo cotizar", aunque no precisa sobre sus años como seglar.
Otro caso acabó en los juzgados
Según ha comprobado EL MUNDO, hay más sacerdotes por los que tampoco se ha cotizado. Javier Villanueva Villanueva es licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Filosofía. Ingresó en el Opus Dei en 1971 y se ordenó sacerdote en 1984. En total, 30 años de su vida con dedicación completa a la institución en diversos centros de España -sobre todo en Cataluña- y en Roma.
Comenzó a distanciarse de la Obra al sentir que su conciencia entraba en grave conflicto con el deber de obediencia a la autoridad . En abril de 2007, tras entrevistarse con el Prelado y decepcionado "por no sentirse valorado como persona", solicitó su salida; la institución aceptó en el momento. Hoy sigue siendo sacerdote en la diócesis de Tarrasa.
La Prelatura cotizó por él a la Seguridad Social seis meses. En 2008, tras agotar la vía conciliar, Villanueva presentó tres demandas contra el Opus Dei, Región de España.
La sentencia, dictada el 27 de enero de 2009 por el Juzgado de lo Social número 11 de Barcelona, y ratificada en su integridad por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, no entró en el fondo de la cuestión al considerar que la relación entre religiosos y órdenes no es laboral.
Los hechos probados constatan que Villanueva recibió una ayuda económica "para subvenir las necesidades derivadas del tránsito" entre ambos destinos. Pero también que "la Prelatura del Opus Dei no se inscribió como empresario hasta el 15/12/2006" y que "se dio de alta en el Régimen de Seguridad Social del Clero Diocesano con efectos de 1 de enero de 2007".
Este hecho, que EL MUNDO ha contrastado con la propia institución, deja al descubierto décadas de limbo laboral para cientos de integrantes del Opus Dei dedicados a las labores internas desde mediados del siglo pasado. A ella donan todos sus ingresos; la Obra, por su parte, les proporciona alojamiento y manutención, y cubre todas sus necesidades, tanto materiales como espirituales.
Sin embargo, buena parte de los miembros que han salido cuentan que se han encontrado sin dinero, sin experiencia profesional acreditable y con dificultades para cotizar el tiempo mínimo que les garantice una pensión. Algunos afirman incluso que lo han vivido como un obstáculo a la hora de dejar la Obra.
El cauce para cotizar
Aunque la relación entre los religiosos y sus órdenes no sea laboral, el Derecho Canónico (cánones 1286 y 1290) menciona la obligación de respetar la ley civil de cada país.
En España, a partir de una orden de 1977 ha sido la Conferencia Episcopal, con el visto bueno del Vaticano y del Estado, la que ha centralizado la cotización por los sacerdotes. El Opus Dei, reconocido como Prelatura personal desde 1982, no depende jerárquicamente de ella, pero tampoco utilizó antes de 2007 otra vía para hacerlo. Su portavoz afirma que, debido a esa especificidad, sólo entonces "se encontró el cauce jurídico para que los sacerdotes de la Prelatura cotizasen a la Seguridad Social, aunque siempre se han atendido todas sus necesidades".
Después de ir a los juzgados, Javier Villanueva planteó en julio de 2009 una demanda en la Inspección de Trabajo en Barcelona por los años (de 1984 a 2006) que no habían cotizado por él y en la que hacía extensivo su caso al colectivo de sacerdotes del Opus Dei. Hoy se pregunta cómo no se sancionó en 2007 a una entidad cuya actividad era pública muchos años antes: "¿Se trata de inoperancia de un organismo público, de inoperancia dolosa, del interés privado de algún funcionario o de alguna intervención externa?".
Según una estimación caso por caso de Javier Villanueva, en 2007 fueron dados de alta 26 de los 82 sacerdotes de la Prelatura que conocía en Cataluña. El Opus Dei afirma que en la actualidad hay en España "algo menos de 1000". Por un lado, ese grupo al que emplea directamente desde 2007, que fuentes conocedoras de la situación cifran en torno a 300. El resto, según Manuel Garrido, están dados de alta en colegios y entidades relacionadas con la Obra.
En el mismo limbo laboral que los sacerdotes citados se han encontrado, también durante años, seglares que no realizaban trabajos para entidades externas. EL MUNDO publicó en 2012 que seis ex numerarias habían demandado a la Obra ante la Inspección de Trabajo porque no había cotizado a la Seguridad Social por ellas. Les respondieron que sus casos habían prescrito.
Antonio Esquivias cierra su petición con el deseo "de que ninguna institución de la Iglesia esté al margen de la ley en un Estado democrático". El Opus Dei, por su parte, reitera que "todo está en regla y conforme a la legalidad".
Antonio Esquivias y su familia, en la foto que han colgado en la plataforma 'Change.org'
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