Manuel Ruiz de Chávez, comisionado Nacional de Bioética, dijo que la instancia a su cargo promueve la deliberación de problemáticas de orden ético, científico y social, desde dilemas al inicio o final de la vida o la regularización de la marihuana bajo el enfoque de la bioética y la salud pública, hasta la protección de inmigrantes y el cambio climático.
Lo anterior lo señaló al participar en la celebración del centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dentro de la cual se festejó también el 25 aniversario de la Comisión Nacional de Bioética.
En el evento, Paulina Rivero Weber, directora del Programa Universitario de Bioética, quien asistió en representación del rector Enrique Graue, sostuvo que ésta debe ser siempre laica. Sus argumentos no conllevan creencias de ningún tipo, sino que se apegan a lo que es común a todos: la capacidad de pensar y reflexionar de manera racional. “No desprecia las creencias y religiones del mundo, simplemente no las incluye en sus planteamientos”.
Agregó que los problemas ambientales descansan en el hecho de que nuestro quehacer científico y tecnológico, si bien ha aportado innumerables beneficios a nuestra especie, ha construido una historia no exenta de abusos y prácticas desproporcionadas por parte del ser humano, no sólo hacia sí mismo, sino también al resto de los animales y de los ecosistemas.
El imperativo de la racionalidad
Juliana González Valenzuela, profesora emérita de la UNAM y exconsejera de la comisión, indicó que la bioética laica posee el imperativo de racionalidad y del espíritu crítico, objetivo y de conciencia histórica y social.
La laicidad no es anti-religión, pero si anti-dogmatismo y anti-absolutismo, lucha contra la imposición de un punto de vista sobre todos los demás. Significa la obtención de consensos mediante el diálogo abierto y plural.
José Narro, secretario de Salud, recordó que se tiene un sistema nacional de bioética configurado por 29 comisiones estatales y más de 150 comités de ética e investigación en el sistema hospitalario. “Luego de dos décadas y media de existencia de la comisión, hay mucho trabajo y resultados”.
Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, sostuvo que la ética debe ser, sin duda alguna, la base de la integridad profesional y científica. Por ello, es necesario contar con una estructura normativa de principios, tener políticas públicas adecuadas para desarrollar nuestra labor con la mayor humanidad posible.
Por último, Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reconoció que la comisión, desde sus orígenes, ha hecho contribuciones muy destacadas al conocimiento y aplicación de la bioética en el ámbito científico, tecnológico y de la salud, con una perspectiva social y global.
En el acto, se firmó un convenio con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior para impulsar a la bioética en la formación de recursos humanos en pre y posgrado. José Narro fue testigo de honor.