En la apertura del juicio contra ocho acusados de complicidad en el asesinato yihadista del profesor de instituto Samuel Paty, en 2020, los abogados de la familia del docente esperan que este proceso sirva para demostrar «el daño» que está haciendo el islamismo en Francia.
«Francia padece una real infiltración islamista en su sociedad por parte de personas que no son terroristas pero que terminan señalando y aplicando la ley de la ‘sharia’ en menos de 15 días», denunció al canal BFMTV el letrado Thibault de Montbrial, que representa a la hermana de Samuel Paty, Mickaelle.
«Lo que le pasó a su hermano (Samuel) no fue una fatalidad, un accidente obra de un loco. Es el resultado de un mecanismo puesto en marcha por personas que han alimentado con mentiras algo que no sucedió en la clase», agregó el abogado, poco antes del inicio del juicio que se extenderá durante dos meses.
Entre los principales acusados de haber ayudado al perpetrador Abdoullakh Anzorov -abatido por la policía tras decapitar al profesor- o por su implicación en la campaña de odio que desembocó en el crimen, figura Brahim Chnina, el padre de una alumna de Paty.
Chnina estuvo en el origen de la ola de injurias que recibió el profesor de historia y geografía, de 47 años, tras haber impartido una clase sobre la libertad de expresión y el significado del laicismo.
La alumna en cuestión, de 13 años, ni siquiera había presenciado esa clase, ya que estaba sancionada por motivos ajenos a Paty, pero días después contó que el docente había pedido a los alumnos musulmanes que salieran del aula mientras proyectaba las famosas caricaturas.
En realidad, el profesor de secundaria únicamente había propuesto a los que pudieran sentirse ofendidos por esas imágenes publicadas por Charlie Hebdo que no miraran durante la proyección.
El relato de la niña, sin embargo, llevó a que su padre y otras personas, en especial el militante islamista Abdelhakim Sefrioui (que también será juzgado a partir de hoy lunes), lanzaran una virulenta campaña de odio y acoso contra Paty que incitaron a Anzorov, un refugiado checheno de 18 años, a cometer el asesinato.
Hace casi un año, el Tribunal para Niños de París ya condenó a seis menores encausados por complicidad en el asesinato de Paty con penas que fueron de los 14 meses de cárcel exentos de cumplimiento a seis de prisión en firme.
Esta condena recayó contra el estudiante que señaló al yihadista el camino que recorría Paty a cambio de 300 euros.