El segundo día del histórico proceso a los cómplices de los autores de las matanzas del semanario satírico «Charlie Hebdo» y la periferia parisina, del 7 al 9 de enero de 2015, comenzó con la presentación de una banda de criminales insensibles a las cuestiones religiosas; pero la Universidad de al-Azhar, en El Cairo, la más influyente de las escuelas de teología islámica, suní, calificó la nueva publicación de las caricaturas de Mahoma de «acto criminal».
Históricamente, desde el siglo IX al-Azhar es una de las mayores referencias teológicas suníes, que ha sufrido muchos avatares. En el siglo XX se confirmó como referencia canónica suní. «Hostil» a la violencia, en principio, los teólogos de la gran universidad religiosa musulmana, imparten «lecciones» que se transforman automáticamente en doctrina oficiosa del islam suní.
Calificando de «acto criminal» la nueva publicación de las legendarias caricaturas de Mahoma que comenzaron a publicarse en 2004 en un diario de Dinamarca, «Jyllands-Posten», al-Azhar introduce una imprevisible dimensión «teológica» en el proceso en curso. En su día, su publicación en «Charlie Hebdo» fue presentada como el «detonante» de la matanza, precipitando una ola universal de indignación, en occidente, acompañada de incontables manifestaciones de protestas musulmanas.
A las pocas horas de la nueva «sentencia» de la universidad de al-Azahar se convocó una manifestación de protesta en Pakistán, en la ciudad de Muzaffarabad (750.000 habitantes). Decenas de miles de musulmanes gritaban frases como: «Perros franceses, dejada de ladrar», «Stop a Charlie Hebdo».
En Francia, las asociaciones que intentan representar a los 5 o 6 millones de musulmanes del país han comenzado por guardar silencio ante la «sentencia» teológica de al-Azhar, que puede tener una «influencia» temible entre los 8.000 franceses sospechosos de tentaciones subversivas, yihadistas.La reacción «teológica» de la gran universidad musulmana egipcia contrasta con el carácter rigurosamente «laico» de la segunda jornada del proceso de la matanza de «Charlie Hebdo», consagrada a la presentación y primeros interrogatorios de los primeros cómplices de los asesinos, de nula formación «teológica» y gran historial como delincuentes, atracadores, traficantes de armas y drogas.
Abdelaziz Abbad (francés, 36 años), uno de los principales acusados, ya fue condenado a 25 años de cárcel como cómplice en diversos atracos y alguna tentativa de asesinato. Fue uno de los principales «colaboradores» de los autores de la matanza. Michel Catino (belga, 67 años), un hombre «bisagra» en el «organigrama» de la matanza, no pudo atreverse a negar una biografía de delincuente de la más baja estofa.
Metin Karasular (turco-belga, 50 años), confesó estar «drogado» por las salas de juego… afición que lo «condenó» muy pronto a vivir de los tráficos paralelos ligados a esa afición: del tráfico de armas al tráfico de drogas.
Mohamed Fares (francés, 31 años) comenzó su intervención con esta declaración: «No he trabajado nunca. Vivía del tráfico de estupefacientes. Comencé a las 16 o 17 años». Siguió un largo historial de atracos a mano armada…
Saïd Makhlouf (francés 30 años), ha sido condenado en cuatro ocasiones por tráfico de estupefacientes y puede volver a ser condenado a otros veinte años como miembro de una banda criminal, terrorista.
Hampa multicultural
Durante la presentación e interrogatorios de estos personajes del hampa multicultural francesa y franco-belga, la mañana y tarde del jueves, ni el tribunal, ni los abogados defensores, ni ellos mismos, evocaron cuestiones «teológicas», relacionadas con las caricaturas de Mahoma. Defensa, fiscalía y acusados se limitaron a tomar buena nota de historiales criminales que oscilan entre los intentos de asesinato, los atracos a mano armada y los tráficos de armas y drogas.
El proceso se prolongará hasta primeros de noviembre, para intentar esclarecer las pasarelas entre esa «galaxia» criminal y el fanatismo religioso. Está por ver cómo reaccionarán los musulmanes franceses, de muy distinta sensibilidad, a las confesiones de criminalidad y las consignas «teológicas» de al-Azhar.
Un referente musulmán
La Universidad de al-Azhar se fundó en El Cairo el año 975 de nuestra era y es hoy la referencia teológica más importante del islam suní. Al-Azhar comenzó estudiando y predicando teología musulmana chií, durante el imperio Fatimí. Tras su conversión al islam suní, la universidad cairota comenzó a crecer como símbolo e institución. Al-Azhar, que ha condenado ahora la publicación de las caricaturas de Mahoma, es una referencia que roza lo «canónico» en muchas cuestiones culturales y teológicas. Históricamente, sus enseñanzas han cubierto disciplinas tan diversas como la gramática, la jurisprudencia, la astronomía… y ley islámica.