«Quien ‘predica bien y siembra mal’ destruye poco a poco los fundamentos mismos de la fe»
En la mañana del 10 de septiembre de 2023, apareció la siguiente noticia en el sitio web de la Conferencia Episcopal Suiza: «Investigación canónica sobre la sospecha de encubrimiento de abusos sexuales por parte de miembros de la Conferencia Episcopal Suiza»
Esta noticia era el preludio de la publicación, dos días más tarde, del Informe sobre el Proyecto Piloto para la Historia de los Abusos Sexuales en el Contexto de la Iglesia Católica Romana en Suiza desde mediados del siglo XX
Por desgracia, todavía hay obispos y superiores religiosos que creen que es mejor para ellos guardar silencio sobre los abusos
Aún no se pueden predecir las consecuencias que se derivarán de estas investigaciones ni cuándo se retomarán
En la mañana del 10 de septiembre de 2023, apareció la siguiente noticia en el sitio web de la Conferencia Episcopal Suiza: «Investigación canónica sobre la sospecha de encubrimiento de abusos sexuales por parte de miembros de la Conferencia Episcopal Suiza»[1]. Esta noticia era el preludio de la publicación, dos días más tarde, del Informe sobre el Proyecto Piloto para la Historia de los Abusos Sexuales en el Contexto de la Iglesia Católica Romana en Suiza desde mediados del siglo XX[2].
Aún no se pueden predecir las consecuencias que se derivarán de estas investigaciones ni cuándo se retomarán.
El problema de la credibilidad de la Iglesia
Esta situación, con muchos antecedentes, detalles y dinámicas desconocidos, es demasiado familiar para todos los que se ocupan de la cuestión de los abusos y su encubrimiento en la Iglesia católica. Es casi característico que muchas cosas queden sin esclarecer; que debido a la complejidad de los hechos, las múltiples responsabilidades y los procesos históricos, a menudo ni siquiera esté claro dónde reside la responsabilidad original y quién podría y debería aportar luz a esta oscuridad.
En este sentido, el Informe del Proyecto Piloto y la noticia previa que lo acompaña reflejan lo que ha ocurrido muchas veces en ocasiones similares en el pasado. Gran agitación, nerviosismo creciente y declaraciones nebulosas cimentan el siguiente cuadro: en la Iglesia católica no sólo hay un número considerable de víctimas de abusos y de los correspondientes victimarios. En el mejor de los casos, la Iglesia, desesperadamente abrumada por la situación, no ofrece aclaraciones, y ni siquiera aborda públicamente las cuestiones; en el peor, surge un enfoque reticente o incluso francamente destructivo y defensivo.
Desde un punto de vista racional, esto es difícil de explicar, porque este triste espectáculo, tal y como se acaba de describir, se ha observado varias veces en las últimas décadas, al igual que sus consecuencias, la primera de las cuales es una pérdida masiva de credibilidad. Se podría pensar que no debería ser demasiado difícil aprender de los errores del pasado. Pero, como muestra también en muchos aspectos el Informe del Proyecto Piloto, los mecanismos de autocontrol, aprendizaje continuo y mejora de los procedimientos no están desarrollados, o lo están de forma muy limitada.
Por desgracia, todavía hay obispos y superiores religiosos que creen que es mejor para ellos guardar silencio sobre los abusos, no sea que un escándalo dañe la imagen de sí mismos y de la Iglesia en su conjunto. Siguen actuando como si lo ocurrido en otras Iglesias locales no se aplicara a ellos, preparando así el terreno para un daño inmenso. Lo que sigue faltando es la intuición de que, de cara al futuro, sería mucho mejor – y más honesto – admitir que en la Iglesia se han cometido graves errores y se han encubierto delitos y, en vista de ello, pedir perdón honestamente.
Los fieles son conscientes de ello, y también los medios de comunicación. Lo que la opinión pública y un número cada vez mayor de católicos ya no toleran es la ocultación y la negación de responsabilidades. Además, puede demostrarse que es este comportamiento de evasión – y no sólo el hecho de los abusos – la razón central de la rápida disminución de confianza en la Iglesia. Sin embargo, muchos en la Iglesia no se dan cuenta de que la desconfianza en los obispos y otros representantes de la Iglesia repercute en la credibilidad de su proclamación del mensaje cristiano. Es obvio que el mensaje tiene menos probabilidades de ser creído si el mensajero no es creíble en sus acciones. Quien «predica bien y siembra mal» destruye poco a poco los fundamentos mismos de la fe.
«Quien ‘predica bien y siembra mal’ destruye poco a poco los fundamentos mismos de la fe»
El «Informe» en resumen
El Informe del Proyecto Piloto se presenta tras un año de trabajo (de la primavera de 2022 a la primavera de 2023) de un equipo de investigadores de tres lenguas, apoyados por dos estudiantes y asesorados por expertos y expertas. Las perspectivas de investigación y los métodos de trabajo corresponden a los conocimientos historiográficos del grupo de investigación del Departamento de Historia de la Universidad de Zúrich, dirigido por Monika Dommann y Marietta Meier. La investigación fue encargada por la Conferencia Episcopal Suiza, la Conferencia Central Católica Romana de Suiza y la Conferencia de Uniones de Órdenes Religiosas y Otras Comunidades de Vida Consagrada en Suiza.
El equipo de investigación consultó unas dos docenas de archivos de instituciones de la Iglesia católica y también de instituciones externas, y recopiló, leyó y analizó parcialmente decenas de miles de páginas de expedientes sobre casos de abusos. Además, se realizaron entrevistas con víctimas, expertos y representantes de la Iglesia. Según los autores, se contó con el asesoramiento de víctimas y de dos organizaciones: la Interessengemeinschaft für Missbrauchsbetroffene im kirchlichen Umfeld (IG-MikU) y el grupo Soutien aux personnes abusées dans une relation d’autorité religieuse (SAPEC).
El Informe marca el punto de llegada de un estudio piloto y «no es un análisis definitivo, sino […] un esbozo inicial de posibles áreas y proyectos para seguir investigando» (18). El prefacio y la introducción van seguidos de un texto de algo menos de 100 páginas. Los capítulos siguientes se dedican inicialmente a una contextualización histórica. No está claro por qué se eligió como título «La historia del escándalo de los abusos: del Boston Globe al proyecto piloto» (21-26), si el texto también se refiere explícitamente al periodo anterior a 2002 (es decir, antes de las publicaciones Spotlight del Boston Globe). A continuación, una sección «relevante» (19) del estudio trata de las estructuras de la Iglesia católica en Suiza y del examen de los archivos respectivos y su relevancia para la investigación de los abusos sexuales (27-48); después se hace focaliza en las víctimas de abusos y las asociaciones que las apoyan y su contribución a la realización del estudio (49-54); le siguen reflexiones sobre los contextos de los abusos sexuales (55-80), aunque las «especificidades católicas de los abusos» se tratan aquí y no en el capítulo siguiente. A continuación hay un capítulo sobre la «gestión de los abusos sexuales por parte de la Iglesia católica» (81-108). La conclusión temática consiste en recomendaciones y sugerencias (109-114).
[1] Cfr. www.ivescovi.ch/indagini-canoniche-sul-sospetto-di-occultamento-di-abusi-sessuali-da-parte-di-diversi-membri-della-conferenza-dei-vescovi-svizzeri ↑ [2] Cfr. https://tinyurl.com/59zpbset. El Informe ha sido elaborado por Vanessa Bignasca, Lucas Federer, Magda Kaspar y Lorraine Odier, con la colaboración de Janaina Rüegg y Elia Stucki, y la dirección de Monika Dommann y Marietta Meier. En el artículo, los números entre paréntesis remiten a las páginas del Informe. ↑Para leer el artículo completo, pinche aquí.