El Gobierno de transición de Sudán ha accedido a separar religión de Estado en virtud de un pacto firmado con uno de los grupos rebeldes del país que no rubricó el reciente acuerdo de paz, poniendo así fin a más de 30 años de régimen islámico instaurado bajo la presidencia de Omar Hasán al Bashir.
Este jueves, el primer ministro, Abdalá Hamdok, firmó con Abdelaziz al Hilu, líder de una facción del Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán-Norte (SPLM-N) una declaración en Adís Abeba que incluye dicho principio y que supone la vuelta del grupo a las negociaciones de paz.
En ella, ambas partes coinciden en la necesidad de instaurar la democracia en el país. «Para que Sudán se convierta en un estado democrático, en el que los derechos de todos los ciudadanos son contemplados, la Constitución debería basarse en el principio de ‘separación de la religión y el Estado’ en ausencia de lo cual el derecho de autodeterminación debe ser respetado», reza el documento, recogido por el medio ‘Sudan Tribune’.
«La libertad de credo y rezo y la práctica religiosa deberían estar garantizadas plenamente para todos los ciudadanos sudaneses», continúa el texto, que subraya que «el Estado no debería establecer una religión oficial». «Ningún ciudadano debería ser discriminado en base a su religión», agrega.
Por otra parte, el acuerdo prevé que el SPLM-M comandado por Al Hilu mantendrá sus armas hasta que haya un acuerdo sobre la separación entre religión y Estado. Además, ambas partes se comprometen a mantener el cese de hostilidades mientras dure el proceso de paz y se acuerden las cuestiones de seguridad.
Por último, se señala que «el principio de un reparto adecuado y justo del poder y la riqueza entre los varios pueblos de Sudán debe cumplirse a través de la Constitución».