Los sabios andinos de Bolivia, también conocidos como amautas o yatiris, buscan reconducir su religión milenaria de la influencia europeo-cristiana con la recuperación de sus sitios sagrados, la depuración de sus ritos y fortaleciendo sus organizaciones.
Actualmente este grupo de sabios andinos, hombres y mujeres, atraviesa por un tiempo de «emancipación» de sus creencias desde la llegada de Evo Morales a la presidencia del país en 2006 y con la aprobación de una nueva Constitución en 2009.
El amauta y teólogo indígena David Ticona, en declaraciones a Efe, recordó que durante y después de la época colonial «se han proscrito» los ritos y costumbres de los sabios andinos con la extirpación de idolatrías, pero ahora se los puede «exteriorizar».
«Antes, las mesas (de ofrendas) a nuestras deidades se las hacían a media noche, porque si no el patrón venía y te cortaba las manos, la lengua. Ahora lo puedes hacer a la luz del día», señaló este sabio en El Alto, ciudad vecina de La Paz.
Estos hombres y mujeres leen la hoja de coca, conocen las propiedades de las hierbas para aplicar curaciones y son capaces hasta de hablar con los espíritus, según dicen, o aconsejar a quienes les consultan para que tomen buenas decisiones.
El viceministro de Descolonización de Bolivia, Félix Cárdenas, en declaraciones a Efe, coincidió en que se está en «el tiempo de la desclandestinización de nuestras espiritualidades».
Este departamento recientemente organizó un encuentro de amautas en el que se discutió cómo revalorizar la cultura y conocimientos de estos sabios ancestrales.
La religión andino-amazónica en Bolivia tiene rasgos muchas veces contrarios a los del cristianismo, que con el proceso de sincretismo han terminado por coexistir, según explicaron ambos.
Ticona destacó que bajo esta visión las deidades del universo (alaxpacha), cielo (alaypacha), de la tierra (acapacha) y del mundo subterráneo (manqhapacha), pueden ser «buenas y malas al mismo tiempo», no hay cielo ni infierno y el hombre aimara no muere sino que vive en los las montañas, a las que se llama achachilas.
En este aspecto, el viceministro señaló como parte de este universo el Estado boliviano «ha recuperado más de 208 sitios sagrados», muchos de ellos situados en cerros y puntos altos en los que ha prevalecido una cruz cristiana.
Cárdenas precisó que esta tarea debe continuar no solo para la recuperación, sino también para la preservación y administración de estos sitios.
Esta liberación pasa además por lo que Ticona consideró «reconducción» de la religión andina para que se practique sin aspectos o alusiones a la cristiandad, sin evocaciones al dios católico, la Virgen o los santos.
Félix Cárdenas apuntó a que se debe trabajar en los «protocolos» de los amautas que todavía utilizan un léxico católico.
Dentro de estas prácticas religiosas locales es frecuente la mezcla de simbología, la presencia de la cruz cristiana al mismo tiempo de la chaqana o cruz andina, la iconografía de ambas culturas, con Cristo o los santos y junto al cóndor, la serpiente o el puma, por ejemplo.
Para Ticona esto tiene una explicación, ya que se trataba de una estrategia de los aimaras para evitar la persecución de los colonizadores, puesto que «tenían que manejar la cruz de los cristianos», pero ahora considera que no es necesario.
Al respecto, consideró que actualmente estas imposiciones tienen forma de agresión cultural o religiosa, pues ahora tanto evangélicos como católicos «usan nuestra vestimenta, usan nuestra música, usan nuestra lengua aimara o quechua para transmitir su evangelio».
Por otra parte, el viceministro contó que una de las tareas primordiales es fortalecer las organizaciones de amautas, pues es importante distinguir quienes son auténticos de los «farsantes».
Se cree que los amautas o yatitiris son personas signadas por la naturaleza, portadores de rasgos o señales particulares.
Ticona resaltó que se los reconoce porque nacieron de pie, poseen seis dedos, tienen dos coronas o remolinos en el pelo de la cabeza o son sobrevivientes a un rayo, como «verdaderas señales» que son garantizadas por la comunidad.
Este entendido señaló que actualmente existen divisiones y pugnas para definir quién debe ser el líder que los represente, pero sin embargo la solución pasa no por la aplicación de «métodos occidentales», sino «viendo la coca» o leyéndola.
El rol del amauta o del yatiri en la religión andina tiene importancia porque se lo considera como aquel que es capaz de nivelar energías y que no solo tiene la facultad de curar el espíritu, sino también el cuerpo, al contrario de lo que se pueda creer en occidente.