El informe «Sri Lanka Brief» atestigua la escalada de ataques contra la minoría 40 años después del julio negro de 1983. Entre el 9 de julio y el 22 de agosto de este año se produjeron al menos 14 incidentes. La construcción de nuevos templos budistas para borrar el legado de la cultura hindú en el noreste de la isla. Valen la pena las denuncias a la policía.
La construcción de nuevos templos budistas y la simultánea cancelación de lugares de culto hindúes en el noreste de Sri Lanka representan una «manifestación de la dominación cingalesa» y un intento de «alterar la demografía y la cultura de la región». Así se desprende de un informe publicado estos días con motivo del Día Internacional (23 de agosto) en Recuerdo de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Convicciones, en el que se enumeran al menos 14 incidentes ocurridos entre el 9 de julio y el 22 de agosto de 2023. Cuarenta años después del «Julio Negro» de 1983 [durante la guerra civil, los cingaleses mataron a 3.000 tamiles y destruyeron 18.000 viviendas], los monjes budistas apoyados por el ejército continúan su campaña de violaciones y extremismo confesional.