Resumen: El artículo analiza el fenómeno de la “laicidad” en Uruguay. Ese país ha desarrollado un modelo de laicidad que ha vuelto a la misma un asunto identitario y a la vez diferencial en América del Sur. Problematiza el término en tanto polivalente. Repasa el proceso histórico que le dio origen, sus principales énfasis, así como los distintos elementos que lo componen. Identifica las peculiaridades de la laicidad uruguaya y los desafíos que enfrenta.
Las sociedades se preguntan muchas veces por su propia identidad, por los componentes de su peculiaridad, aquello que las diferencia de otras y que las hace sentir más próximas a si mismas. Los elementos que componen eso que llamamos identidad son variados en cada lugar pero son un diferencial, fáctico y/o simbólico, en los que se reconocen. Para el caso del Uruguay el término “laicidad” se presenta como parte constitutiva de su ser nacional.
El término “laicidad” no tiene un significado unívoco, ni dentro ni fuera de fronteras, ni muchos menos universal, pese a que los uruguayos lo creemos lo más natural del mundo y cuando salimos al exterior volvemos impresionados por cómo se vive lo religioso en lo público en otros países.
Para abonar la no universalidad del término “laicidad” y de los fenómenos a que se evoca con el mismo, comencemos diciendo que no tiene traducción a idiomas como el inglés o el alemán, aunque encontraremos en la literatura actual el intento de equipararlo a “secularization” en inglés que es el usado para la palabra “secularización”, término que evoca otro proceso social diverso de la laicidad. Secularización y laicidad no son el mismo fenómeno. Que no tenga traducción a esos idiomas indica la ausencia de significación cultural para esas sociedades.
Afirmemos que el fenómeno de la “laicidad” tiene relevancia central y trascendente en no más de cinco países en el mundo, como son México, Francia, Uruguay, Turquía, en la parte francófona de Canadá y en los últimos años ha emergido en el debate societal en España.
Pero ¿qué es la laicidad? Si lo miramos desde Uruguay quizá no podamos llegar tampoco a una respuesta única, sino a identificar elementos presentes en la construcción social del concepto y en la disputa por la apropiación del significado e implicancias del mismo.
Si nos atenemos a una revisión de la prensa local apreciaremos que el término “laicidad” en Uruguay aparece ligado la mayor parte de las veces a otra palabra y se expresa en “violación de la laicidad”. Usualmente hay dos énfasis distintos en este enunciado: por un lado, la neutralidad de lo estatal y lo público ante lo religioso y, por otro, la neutralidad de lo estatal ante lo político partidario o ideológico. Éste segundo énfasis parece ser un diferencial que solo se expresa en Uruguay.
Por cierto que la separación Iglesias-Estado es parte constitutiva del concepto y en Uruguay la separación entre el Estado y la Iglesia Católica se produjo en la Constitución nacional de 1919. Dicha separación se concretó en un clima de fuertes enfrentamientos entre los actores de la época. Pero la separación no fue solamente institucional y formal, distanciando dos institucionalidades, sino que implicó un desplazamiento de lo religioso a la esfera de lo privado. Se desplazó lo religioso de lo estatal y también de lo público, del espacio público, recluyéndolo en lo privado.
Ciertamente es innegable la influencia de la laicidad francesa en la construcción del modelo de laicidad uruguaya, que termina siendo, como se podrá apreciar más adelante, un modelo más restrictivo que el francés. Las elites uruguayas constructoras del Estado naciente a fines del siglo XIX y comienzos del XX tenían en Francia su fuente de inspiración.
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Néstor Da Costa
Doctor en Sociología, especializado en sociología de la religión. Es investigador y docentede la Universidad Católica del Uruguay y del Instituto Universitario CLAEH