Carlos Navarrete, presidente del Senado de la República, señaló que con la reforma constitucional aprobada en la Cámara de Diputados para establecer con claridad el concepto de Estado laico en México, se ratifica que en asuntos del Estado solamente sus órganos constitucionales pueden intervenir.
Por lo tanto, “en una clara separación y respeto mutuo se puede construir una relación adecuada, conveniente, que no lastime las facultades del Estado, pero que tampoco hostigue las creencias de los mexicanos, ni su libertad para agruparse en las iglesias que crean convenientes”.
Expresó que definir a México como un Estado laico asegura que ningún ciudadano o iglesia sean perseguidos u hostigados por la definición de sus convicciones religiosas.
“Asumo y creo que la ratificación en la Constitución de la laicidad del Estado mexicano no es regresar a viejas pugnas, no es abrir viejas heridas, no es darle un carácter jacobino al Estado mexicano, ni es una definición para perseguir creencias ni para coartar libertades.
“Por el contrario, es la garantía de que la relación entre las iglesias mexicanas y sus fieles, y los órganos del Estado mexicano se deben dar en un marco constitucional y de respeto ágil y permanente“, indicó.
Tras enfatizar que el Estado laico no es persecutor, antirreligioso o conculcador de garantías y de libertades, el senador perredista confió en que a partir de la aprobación de esta reforma constitucional, en el Senado se construya “con convicción y con un diálogo entre los grupos parlamentarios” una mayoría que permita su ratificación a nivel nacional por parte de las legislaturas de los estados.