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El embajador en el Vaticano critica el “mitin” de los obispos

Francisco Vázquez califica de «electoral» el acto por la familia celebrado el domingo en Madrid

Ni siquiera una voz tan habituada a tratar con la púrpura y los obispos como es la de Francisco Vázquez evitó ayer un gesto de contrariedad al valorar el acto en favor de la “familia cristiana” celebrado el pasado domingo en Madrid. Su condición de embajador de España ante el Vaticano confiere a sus palabras mayor relevancia.

Vázquez aseguró sentir una “gran contrariedad” ante la salva de críticas descargada por el sector más duro del episcopado durante la concentración. El encuentro midió la fuerza dela facción neoconservadora dentro de la Iglesia y colmó la paciencia de un PSOE acostumbrado a digerir las críticas del episcopado. Francisco Vázquez, que no oculta su condición de católico, nunca ha entrado en confrontación con los obispos. Ayer, sin embargo, se mostró distante y crítico.

Una tormenta “que pasará”

Vázquez considera que las acusaciones vertidas por la jerarquía católica contra el Gobierno “distorsionan totalmente una celebración de carácter religioso”. En su opinión “muchos españoles, entre ellos el embajador de España ante la Santa Sede, en su condición de embajador, de político, de miembro del Partido Socialista pero, sobre todo, en su condición de cristiano y ciudadano español” tienen la impresión de que el acto se acabó convirtiendo “prácticamente en un mitin electoral”.

En declaraciones a la emisora gallega Radio Voz, el ex alcalde de A Coruña, embajador en la Santa Sede desde hace un año, calificó de “lógica” la reacción del Gobierno ante los ataques de los obispos. No obstante, Vázquez hizo gala de su oficio diplomático al señalar que la polémica desatada es “una tormenta que pasará”. El embajador de España en el Vaticano tendió puentes con la Iglesia al subrayar que el acto del domingo no contó con la presencia de “la totalidad de la jerarquía” y matizar que no se debe hablar “de la Iglesia en general”, sino únicamente de un sector “concreto” de la cúpula eclesial.

Calles llenas, iglesias vacías

Francisco Vázquez se unió con este análisis a otra voz manifiestamente favorable a la Iglesia dentro del PSOE, la de José Bono, quien, horas antes, criticó también la concentración celebrada por los obispos. Bono denunció que “algunos dirigentes de la Iglesia española, cuando gobierna el PP, no abren la boca, y cuando gobierna el PSOE, no la cierran. El ex ministro de Defensa, católico confeso, denunció que, manifestaciones como la del domingo “se apartan de los fundamentos esenciales de la democracia”.
“A los obispos, y a los cristianos —recordó José Bono—no se nos va a juzgar por llenar las calles de personas contra el Gobierno de Zapatero, sino, más bien, por tener las iglesias y los seminarios vacíos”.

Cristianos Socialistas

Un día después de que el PSOE se pronunciara con un comunicado de título elocuente, Las cosas en su sitio, el grupo Cristianos Socialistas invitó a los católicos que discrepan “del rumbo que está tomando la Iglesia” a “tomar posición”.

El coordinador de este colectivo, Carlos García de Andoain, señaló ayer que “la mayoría de los católicos, incluidos presbíteros, religiosos, laicos y parte de los obispos no comparten el espíritu de un acto realizado bajo el sesgo sectario y fundamentalista de algunos movimientos católicos”.
Según destaca el responsable de Cristianos Socialistas, “el silencio no es evangélico, menos aún cuando hay quienes están usurpando el nombre del Evangelio y abusando del sentido de fidelidad y comunión de la mayoría de los cristianos católicos”.

García de Andoain criticó el reduccionismo episcopal sobre la familia, utilizada “por parte de representantes de la Iglesia, como elemento de confrontación social y política”. Las nuevas familias y la fe católica son compatibles, según subrayó: “El amor familiar cristiano tiene capacidad para acoger y promover en su seno los valores positivos presentes en el cambio cultural, tal como es la libertad del amor y la emancipación de la mujer”.

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