El análisis del ADN de la calavera de santa Brígida demuestra que pertenece a una desconocida
La pequeña localidad sueca de Vadstena ha acogido a peregrinos durante siete siglos. Los visitantes van a conocer su iglesia, donde se guarda el cráneo de santa Brígida, patrona de Suecia, de Europa y de las viudas. Junto a él descansa el de su hija Katarina. O al menos así era hasta que, el martes pasado, un análisis de ADN confirmó que la calavera de la santa es falsa.
Santa Brígida era famosa por sus variopintas visiones. En una de ellas, Jesús le confesó que había recibido exactamente 5.480 latigazos antes de morir en la cruz. En otra, le comunicaba que Inglaterra debía firmar cuanto antes la paz con Francia. Murió en 1373. Sus restos se cocieron para separar la carne del hueso, y el cráneo se depositó en un cofre en la iglesia de Vadstena. Fue canonizada casi 20 años después y, en 1991, Juan Pablo II la nombró una de las seis patronas de Europa.
El análisis descarta que los huesos sean de una madre y su hija
Desconocidas sin parentesco
Ahora, el análisis del ADN del supuesto cráneo de santa Brígida indica que perteneció a una mujer que murió un siglo antes. La edad del otro cráneo tampoco coincide con la de su hija y su ADN mitocondrial, que legan las madres a las hijas, niega el parentesco.
Los resultados han causado inquietud entre muchos feligreses, reconoce la investigadora del Departamento de Genética de la Universidad de Uppsala Marie Allen, que ha dirigido la investigación. En 2002, el sacerdote de la iglesia de Vadstena Kjell Karlsson pidió a Allen que analizase las reliquias. "Uno no debe temer a la verdad", declaraba Karlsson al diario sueco Corren.
El trabajo lo encargó un cura de la iglesia que guarda las reliquias
El análisis se demoró ocho años, pues Allen tenía muchas otras investigaciones pendientes como, por ejemplo, analizar los restos de Copérnico. Varios laboratorios, incluido uno del FBI en California, participaron en el análisis y datación por carbono-14 de los restos de la santa.
Los resultados demostraron que ambos cráneos pertenecieron a dos mujeres, pero ahí acababan las coincidencias. La supuesta calavera de santa Brígida fue de alguien que vivió entre 1215 y 1270, un siglo antes en el mejor de los casos. El cráneo de la falsa Katarina data de entre 1470 y 1670, al menos un siglo después de que la auténtica muriese en 1381.
Allen no cree que el halo de Vadstena como lugar sagrado quede dañado por los datos que ha revelado su estudio, publicado en PLoS ONE. "Entiendo que los datos sorprendan a alguna gente, pero creo que la fe es algo espiritual y no debe estar ligado a cosas materiales", argumenta.
Allen añade que el verdadero cráneo de santa Brígida tal vez no esté perdido. En el cofre de Vadstena hubo una tercera calavera hasta 1645, cuando fue robada, al parecer, por el profesor de ballet de la reina Cristina, relata. Se piensa que la reliquia acabó en una iglesia de Leiden (Holanda), donde descansa en la actualidad. "Si me lo piden sus actuales dueños, podría analizarla", sugiere Allen.
Entretanto, seguirá con sus dos proyectos actuales: analizar los restos de 20 tripulantes de un barco de guerra que se hundió cerca de Estocolmo en 1620, y recomponer la expansión vikinga por Escandinavia a partir de huesos del siglo V.
Los restos de Jesse James y Copérnico
Jesse James
En 2002, el ADN mitocondrial rescatado de dos dientes y algunos pelos desenterrados de una tumba en Nebraska (EEUU) confirmó la leyenda: pertenecían al bandido estadounidense Jesse James, que fue enterrado en Kearney tras ser asesinado por la espalda por su compinche Robert Ford.
Los Romanov
En 1994, el análisis del ADN de unos cadáveres enterrados en Ekaterimburgo confirmaba que se trataba de los restos de la familia Romanov, zares de Rusia, ajusticiados por los bolcheviques en 1918.
Copérnico
Marie Allen confirmó en 2009 que los supuestos restos del astrónomo polaco hallados en la catedral de Frombork son auténticos.