La jerarquía de la Iglesia Católica de México fue acusada de estar detrás de la derrota del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones del 5 de junio, la peor desde el 2000, como parte de una ofensiva de largo alcance.
Se trataría de una represalia por una propuesta del gobierno de elevar a la Constitución la figura de los matrimonios homosexuales y promover en los códigos civiles las adopciones por parte de parejas del mismo sexo, según se especula.
Según algunas versiones, al menos seis obispos operaron contra el partido que gobernó a México por 71 años, hasta el 2000, cuando el PAN lo echó de la presidencia, pero recuperó el poder en 2012, aunque ahora está en riesgo de volver a quedar fuera en las elecciones del 2018. Las maniobras habrían sido exitosas y provocaron la derrota del PRI y la victoria del opositor Partido Acción Nacional (PAN), próximo a la jerarquía católica, que ganó 7 de 12 gobernaciones en juego, de acuerdo con estas informaciones.
El ministro de Gobernación Miguel Osorio señaló que se castigará a los miembros de la Iglesia que hayan sugerido votar por algún candidato, porque la Constitución les impide hacer proselitismo. “Yo espero que no llamemos a la intolerancia, al encono. Podemos estar o no de acuerdo, eso hay que decirlo, hay que señalarlo. Pero no busquemos el odio”, dijo.
Un columnista sugirió incluso que, detrás de esta maniobra en la que los propios obispos llamaron directamente a los feligreses a votar por la oposición, estaría el propio Papa Francisco, citando “versiones que circulan en altos círculos eclesiásticos”.
El pontífice habría alentado a los clérigos a pedirle a los fieles votar contra el partido en el poder por sentirse “traicionado” ante la propuesta del presidente Enrique Peña, de acuerdo con esta especie.
Durante su visita a México, en febrero pasado, el Papa aceptó “ceder en varias recomendaciones del gobierno”, como la de no encontrarse con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014 y “moderar su discurso” para evitar críticas “a las autoridades, dijo Salvador García Soto, analista del matutino El Universal.
Pero Peña le pagó mal, según un sacerdote jesuita que pidió el anonimato citado por el comentarista, pues a pesar de estas concesiones, impulsó la iniciativa sobre las uniones gays.
Por ello, habría dado luz verde a la jerarquía católica para movilizarse contra “las acciones del gobierno”, afirmó y dijo que este es “apenas el comienzo de lo que viene” pues hay “un plan de acción mucho más amplio” para los próximos meses.
El analista inclusive afirma que la ofensiva de la jerarquía católica mexicana se inspira en el movimiento lanzado en 2010 por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, para enfrentarse con la entonces presidenta argentina Cristina Fernández, por una iniciativa de ley similar.
Pero la jerarquía rechazó haber hecho proselitismo para incitar a los fieles a votar contra el PRI, diciendo que sólo hubo “orientaciones” de obispos y sacerdotes sobre el “peligro” que representa la iniciativa presidencial.
“Si busca (el gobierno) alguna declaración, algún documento donde explícitamente la jerarquía haya incitado a castigar al PRI, no la hubo”, afirmó Hugo Valdelamar, vocero de la Arquidiócesis Primada de México.
Valdelamar dirige el influyente semanario católico Desde la Fe, órgano oficial de la arquidiócesis, que en su editorial posterior a los comicios señaló que la derrota del PRI fue un “merecido voto de castigo” a Peña y el PRI por la iniciativa “destructiva e inmoral” sobre los matrimonios homosexuales.
Pero no todos creen en estas versiones, como el especialista en religiones Bernardo Barranco, quien asegura que la Iglesia católica “blofea” por razones de “oportunismo” porque “no hay evidencia de que la gente haya decidido sufragar contra el PRI por la propuesta del matrimonio igualitario”.