Se espera que el viernes la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo se pronuncie finalmente sobre el «caso Lautsi», un largo litigio que comenzó en Italia en el año 2002, tras la denuncia de una madre que reclamó al colegio público donde estudiaban sus hijos que retirara los crucifijos de las aulas por ser contrario al principio de laicidad con el que quería educarles. Tras la negativa del centro escolar, Solie Lautsi decide llevar la causa al Tribunal Constitucional y al Consejo de Estado, que rechaza la demanda, pasando a Estrasburgo. En noviembre de 2009, una sentencia del Tribunal de Estrasburgo obliga al Gobierno italiano a eliminar los crucificios de este espacio público, al considerar que lesiona el derecho de sus hijos a la enseñanza y a su libertad de conciencia. Sin embargo, el 30 de abril de 2010, el Gobierno deposita en Estrasburgo un informe elaborado por un experto en Derecho eclesiástico pidiendo la revisión de la sentencia con la premisa de que la Cruz «no es solo una cuestión religiosa, sino también histórica y cultural, y afecta a toda Europa».
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