Los controles por la visita del Papa provocan largas colas y el enfado de los ciudadanos, a los que se informó por error de un cierre de 14 pasos solo en Galicia
Los 40.000 conductores que cada día cruzan desde Galicia la frontera con Portugal viven días de confusión. Debido a las medidas de seguridad aplicadas por la visita del Papa a Fátima, esta mañana se han restablecido temporalmente los puestos fronterizos, con exhaustivos controles de documentación en dos de los pasos que provocan colas kilométricas e innumerables contratiempos a los miles de ciudadanos de ambos países que cruzan la frontera cada día. Pero no se cerraron como estaba previsto los otros 14, en los que se limitó la circulación al tráfico de proximidad y se impidió la circulación de camiones. Todo ello, en medio de una total descoordinación entre las autoridades de ambos países que ha provocado la indignación de conductores y empresarios.
La denominada operación Frontera Blanca, impulsada por el país vecino y que se prolongará hasta la medianoche del sábado, fue anunciada por sorpresa el pasado lunes. Solo unas horas antes de que entrara en vigor esta madrugada, la Delegación del Gobierno seguía manteniendo que se iban a cerrar 14 de los 16 pasos fronterizos entre Galicia y Portugal, y que únicamente permanecerían abiertos otros siete en el resto de la frontera con España. Así lo comunicaron no solo la delegación gallega, sino las de todas las comunidades autónomas afectadas, que interpretaron de forma literal una información publicada por el Gobierno del país vecino en internet y en el ‘Diario de la República’, el BOE portugués.
Esa información hablaba de la reposición del control documental en las fronteras entre esta madrugada y las 12 de la noche del sábado en los pasos aéreos, marítimos y terrestres, como consecuencia de una suspensión temporal del acuerdo Schengen. Por lo tanto, todos los ciudadanos europeos deben estos días portar su DNI o pasaporte. La información señalaba también la habilitación de solo nueve puntos de paso autorizados entre España y Portugal, de lo que el Ministerio del Interior dedujo que el resto permanecerían cerrados a cal y canto. “Si solo se habilitan nueve pasos, la conclusión lógica es que el resto se cierran”, reconocían fuentes de la Delegación.
El propio delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, se refirió el martes al cierre de los puestos fronterizos. En unas declaraciones realizadas en Vigo, Villanueva daba por hecho esa clausura de los 14 pasos para justificar la aplicación. “Entendemos que no va a haber ningún problema ni retenciones, pero si las hay, hay que entender que son medidas en beneficio de la seguridad”, señalaba, en unas manifestaciones en las que salía al paso de las quejas de los alcaldes de la zona. El delegado recordaba además que se había dado aviso a la población de las restricciones.
La información del cierre de los puestos fronterizos la trasladó oficialmente la Delegación del Gobierno en un comunicado. “El paso terrestre a Portugal deberá realizarse por alguno de los nueve puntos autorizados y portando siempre la documentación personal, DNI o pasaporte”, señalaba una nota publicada este mismo martes por el ministerio. El comunicado daba cuenta de la colaboración de la Policía Nacional en el refuerzo de la frontera hispano-lusa, aunque la falta de entendimiento entre las policías de ambos países se ha convertido precisamente en el principal objeto de las críticas de conductores, transportistas y empresarios.
La incertidumbre entre los conductores fue total durante las horas previas. El Ministerio de Administración Interior y la Guardia Nacional Republicana comenzaron a comunicar extraoficialmente la mañana del martes que no habría tal cierre de puestos fronterizos, en tanto que la Delegación del Gobierno desconocía qué iba a pasar. Las versiones que ofrecieron ambos países fueron cambiando a lo largo de todo el día, entre críticas mutuas más o menos veladas.
Finalmente, y pese a que no hubo cierre de pasos fronterizos, esta madrugada comenzó la operación con largos atascos en los que se vieron atrapados durante horas miles de conductores. Las colas fueron especialmente largas en los dos puestos habilitados en Galicia: el puente internacional entre Tui y Valença do Minho, en la autopista A-55, en el que ya la víspera se había restringido al tráfico un carril en cada sentido, y en la A-52 entre Vila Verde da Raia y Chaves.
Trayectos que se hacen en cuestión de minutos en coche requieren desde esta madrugada desplazamientos de hasta 80 kilómetros obstaculizados por los atascos, aunque solo para los transportistas. La mayor parte de los desplazamientos cortos se están facilitando, aunque también de forma lenta. La situación no es finalmente tan grave para los múltiples ciudadanos de ambos países que cruzan diariamente la frontera andando, que con la información inicial se veían abocados a utilizar el coche y dar un gran rodeo. Se calcula que son 20.000 las personas que cruzan el Miño cada día para trabajar, hacer turismo o ir de compras.
A los alcaldes de municipios fronterizos como Tomiño, Arbo o Salvaterra, el anuncio del cierre los pilló por sorpresa y se vieron incapaces de despejar las dudas que les planteaban los vecinos. Los regidores no recibieron ninguna notificación oficial ni de las autoridades portuguesas ni de las españolas, y se encontraron además con las contradicciones entre la comunicación que hizo pública la Delegación del Gobierno en Galicia y las consultas que realizaban a la Guardia Nacional Republicana de los municipios lusos limítrofes, donde les negaban el cierre de fronteras.
El malestar en el lado gallego de la frontera alcanzó al presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros. “Es sorprendente la confusión y la incertidumbre creada. Con la movilidad que hay entre Galicia y Portugal, ¿cómo se puede anunciar que se van a cerrar las fronteras y luego, a lo largo del día, ir dando distintas versiones? Eso genera confusión y cabreo”, lamentó en declaraciones a ‘Faro de Vigo’. “Supone trastornos económicos para transportistas y empresas que tienen negocio en Portugal y al revés. ¿No se dan cuenta? Si esto pasara en el frontera con Francia, ¿cómo habrían reaccionado los camioneros franceses?”, se preguntó.
En términos muy similares se expresó el coordinador general de la Federación Galega de Transportes, Alberto Vila: “Estamos preocupados y enfadados. Nos cabrea porque nos afecta y todo puede acabar siendo un caos. No tenemos comunicación de Tráfico sobre el alcance de las medidas y las empresas tienen que reorganizar su flota para que resulten lo menos afectadas posible, buscando los horarios más fáciles para el tránsito o cambiando las fechas”.
Las grandes colas de este miércoles se han visto agravadas por la celebración de la feria de Valença do Minho, a la que asisten cada miércoles miles de gallegos. También han afectado a cientos de aficionados del Celta que se desplazan desde este miércoles a Inglaterra vía Portugal, para asistir a la semifinal de la Europa League que enfrentará el jueves al equipo vigués con el Manchester United. El santuario de Fátima, que será visitado por el papa Francisco los días 12 y 13, está situado a más de 300 kilómetros de la frontera con Galicia.