La cofradía impide al alcalde colocar el bastón al santo El edil socialista retiró un crucifijo del ayuntamiento
No se sabe cuando comenzó la tradición de colocar el bastón de mando municipal en las andas del Cristo del Caloco, el símbolo religioso más venerado de El Espinar (Segovia), pero el próximo sábado, día de inicio de sus fiestas grandes, no será posible cumplir con el rito.
Los cofrades que veneran la imagen del Caloco en la Cruz parecen no perdonar la retirada de los símbolos religiosos del Ayuntamiento y han decidido recordar al alcalde socialista, David Rubio, la "conveniencia de separar religión y política" y abstenerse de cumplir con el rito.
Así se lo han hecho saber en una carta, firmada por el ‘Esclavo mayor’ de la cofradía, Andrés Matute, y dirigida, hace un mes, al edil socialista, "culpable" de que una moción de IU saliera adelante e hiciera descolgar del salón de plenos el crucifijo que presidía este espacio.
"El alcalde no ha hecho sino cumplir con el imperativo legal en un Estado laico y participará de la romería y las fiestas con toda normalidad, como lo ha hecho siempre, respetando la supresión de ese rito, como nos han pedido, y sin crear polémica, pero nada tiene que ver lo uno con lo otro", afirmaba.
David Rubio defiende la retirada del crucifijo al encontrarse en el salón que se utiliza no sólo para los plenos municipales sino también para las bodas civiles.
La moción la presentó en marzo de este año el único concejal de IU, con el que gobiernan los 6 ediles del PSOE que desempatan así de sus 6 homólogos del PP. El alcalde define la polémica como "intencionada" e instigada por la oposición popular e insiste: "La retirada de los símbolos religiosos forma parte de la más estricta normalidad".
Para muchos vecinos consultados, "lo que hay son ganas de jorobar". "Es una polémica absurda porque qué tendrá que ver un crucifijo colgado por encima del rey, con el Cristo del Caloco", señala una vecina que se confiesa "devota y votante del PP".
Según diversas fuentes consultadas, en la supresión del rito este año "ha tenido mucha mano" el párroco de El Espinar, Valentín Bravo, el cura que saltó a la fama hace algunos años, al ser el primer sacerdote que se convertía en cura y padre, al adoptar a un niño bielorruso. Las mismas fuentes han señalado que la cofradía "entendió muy clarito" el mensaje, ya que el ‘Esclavo mayor’ del Caloco –cargo que varía de año en año– es en esta ocasión el padre de uno de los seis ediles del PP.
"En la cofradía somos cerca de 200 cofrades pero en la asamblea general votaron 14 ó 16 y nos lo dieron hecho: entendieron que si el Ayuntamiento había suprimido el crucifijo, no tenía sentido mezclar lo político y lo religioso en el acto de fe más importante para los espinariegos", explica uno de los esclavos, que prefiere no identificarse.
Lo cierto es que el crucifijo desalojado del salón de plenos (y bodas) del Ayuntamiento cuelga en la capilla de la Plaza de Toros y el bastón de mando seguirá el día de la romería en la mano del alcalde.