Granada ha celebrado este jueves el Día de la Toma, que conmemora la conquista de la ciudad nazarí por parte de los Reyes Católicos en el año 1492 y el fin del dominio musulmán en la península Ibérica. Si el año pasado fue el Partido Popular el que monopolizó la atención al repartir 4.000 banderas españolas, en esta ocasión ha sido Vox, en la persona de su secretario general Javier Ortega Smith, sobre el que ha recaído toda la atención. Además de ser el único que ha hecho declaraciones, Ortega Smith, que ha participado en uno de los desfiles del acto, se ha llevado todos los aplausos a su paso. Al terminar la conmemoración, se ha dado un baño de multitudes y de selfies. Miles de personas han presenciado el desfile y la tremolación –el ondear– del estandarte Real desde la plaza del Ayuntamiento.
Como cada 2 de enero, los actos se han realizado bajo un amplio dispositivo de seguridad para evitar incidentes. En los últimos años se han producido enfrentamientos entre quienes no ven motivos para celebrar este día y quienes lo reivindican. En la plaza del Ayuntamiento, desde antes de iniciarse la actividad, se concentraban ya unas 200 personas, la mayoría, a favor y algunas en contra. Sobre las 11.20 hubo una pequeña disputa, con algún puñetazo de por medio. La policía los separó y, aparte de gritos de unos contra otros, el resto de la ceremonia ha transcurrido sin mayores incidentes. Solo hay que reseñar los pitidos por parte de unos pocos al himno de Andalucía.
El secretario general de Vox ha asegurado en declaraciones a los medios de comunicación que el acto de hoy era un recuerdo de la Reconquista y que ésta aún continúa. «Hoy celebramos el 528º aniversario de que nuestros predecesores acabaran con el enemigo más poderoso que tenía España y Europa, la invasión islámica. Fueron derrotados en una reconquista que aún hoy no ha terminado y continúa», ha manifestado Ortega Smith a la puerta de la Capilla Real de la Catedral, donde están enterrados los Reyes Católicos. «La reconquista de los valores, libertades, unidad y fraternidad entre todos los españoles. Una asignatura pendiente también frente a esa invasión del islamismo radical, de las mezquitas salafistas, de quienes quieren imponer una teocracia totalitaria sobre España y Europa», ha añadido. El líder del PP, Pablo Casado, ha felicitado a primera hora de la mañana a los granadinos a través de Twitter.
El Día de la Toma conmemora la conquista de la ciudad en 1492 por los Reyes Católicos. Esa victoria, hace 528 años, puso fin al último reino musulmán en la Península, el de Granada, gobernado por Boabdil. Algo más de un siglo después, en 1609, llegó la expulsión definitiva de los musulmanes, que habían sido obligados a convertirse al cristianismo, tras la firma por Felipe III del Decreto de Expulsión, en un proceso que tardó cinco años en completarse.
La celebración de este día en Granada genera una polémica recurrente desde hace algunos años. La plataforma Granada Abierta, que reúne a una veintena de asociaciones y colectivos pro Derechos Humanos, encabeza la lucha por la supresión de esta conmemoración bajo la premisa de que “tiene un peligroso efecto llamada sobre la extrema derecha, racista y xenófoba y supone un riesgo para la convivencia”. En el lado contrario, ninguno de los diferentes equipos de gobierno se ha atrevido a eliminar la celebración. La única modificación del protocolo ha tenido lugar en los últimos años del socialista Francisco Cuenca, que incorporó un desfile de Moros y Cristianos y que este año no ha intervenido.
A las 11.00, poco antes de arrancar los actos en el Ayuntamiento ya se habían congregado unas 200 personas frente al Consistorio, algunas con banderas de España. Tiempo después se han convertido en varios miles. En cuanto han aparecido las cámaras de televisión se han escuchado los primeros vivas a España, algo que se ha repetido durante el desfile de la Legión. En el lado contrario se han escuchado gritos de no a la toma y «¡Viva Mariana!», en referencia a Mariana Pineda, “símbolo de igualdad y libertad”.
Granada Abierta ha convocado un acto paralelo a la misma hora bajo el nombre Toma no, Mariana sí, en el que ha insistido en la eliminación de esta fiesta y que, en su lugar, se considere festivo local el 26 de mayo, día de Mariana Pineda.
Ante la posibilidad de que se presentaran grupos extremistas, la Junta Local de Seguridad celebrada en los últimos días de 2019 decidió prohibir cualquier símbolo radical que incitase a la violencia así como cualquier instrumento de megafonía o bocina que, avisó, serían confiscados. Finalmente, el acto ha estado protegido por algo menos de un centenar de agentes y todo ha transcurrido con normalidad.
Hace un año, en la primera propuesta de acuerdo de Vox para votar a Juan Manuel Moreno como presidente de la Junta de Andalucía, el partido ultraderechista incluía en ese documento el cambio de fecha del Día de Andalucía, que ahora es el 28 de febrero, al 2 de enero de cada año.
La secuencia de actos de este día en Granada tiene un fuerte componente católico y militar. Un teniente general del ejército es recibido por el alcalde (C’s) en la plaza del Ayuntamiento, donde ambos pasan revista a una formación militar. De ahí, una comitiva civil y militar en la que participan los miembros de la corporación local y la subdelegada del Gobierno (PSOE), entre otros, se traslada a la catedral, donde son recibidos por las autoridades eclesiásticas de la diócesis granadina. El teniente general recoge ahí la espada original del rey Fernando, que está enterrado en la catedral de Granada. También se exhibe en los actos la corona original del rey.
Tras asistir a una misa, uno de los concejales tremola el estandarte real, según el protocolo, “tres veces al Santísimo y dos a los Sepulcros Reales”. Tras eso, se realiza una visita al panteón donde están enterrados los Reyes Católicos. Desde la catedral, la comitiva se traslada de nuevo al Ayuntamiento para volver a tremolar desde el balcón el estandarte. El acto lo cierra un breve desfile militar, a cargo de legionarios con sede en Viator (Almería).
El alcalde (C’s), el teniente general, la subdelegada del Gobierno (PSOE) y concejales del PP, PSOE, C’s y Vox. Los concejales de IU o Podemos no asisten a estos actos.